lunes, 2 de junio de 2014

Manos, Fuego y Alfarero.



Después de escuchar esta canción y darme unos minutos para revisar el álbum de fotos que tengo de toda mi vida, no pude evitar venir de nuevo a un blog que tristemente tengo bastante abandonado, para contar un poco de la historia mía. De lo bueno que Dios ha sido conmigo y de como me ha cambiado en estos últimos años. Conocí a Dios desde muy pequeña, porque mamá me llevo a una iglesia, recuerdo las llamadas escuelas de niños y lo mucho que me gustaba escuchar las historias de la biblia, solía coleccionar unas cartillas de dibujos de estas historias, pero en definitiva la que más me gustaba era aquella que hablaba del gran rey David que una vez que fallo se arrepintió y decido cambiar su rumbo, posiblemente hasta el día de hoy sea de mis historias favoritas ya que siento que mi historia ha sido algo así.

Aunque sabia de Dios y había estado en lugares donde lo conocían, nunca había hablado con Dios acerca de mis dolores profundos, de aquellas cosas que me hicieron daño en la niñez, y mucho menos de las confusiones o la soledad absurda que tenia, solía imaginar cuando pequeña que podría llegar a ser una super héroe y que por eso quizás vivía aquellos momentos oscuros. Tuve momentos duros, y aun cuando paso mis manos por esas fotos antiguas recuerdo como se sentía tanto dolor y tristeza en mi corazón, recuerdo querer contárselo a alguien pero nunca hacerlo, porque a veces solemos ensimismarnos tanto que creamos una barrera que no permitimos que Dios cruce.

Hace tiempo quería dejar todo atrás, tenia ganas de salir corriendo de la ciudad, inventarme un nuevo nombre y apellidos, vivir fuera donde nadie me hubiese visto antes, pero al contrario de eso decidí, dejar de verdad entrar a Jesús en mi vida, le abrí mi corazón, y cada área de mi vida, me dolió al principio, llore pero fui sanada. Escribo esto porque ahora mi rostro se ve distinto, porque nunca imagine ver lugares que ahora voy a conocer, o que alguien alguna vez me dijera "¿Que haces para estar todo el tiempo feliz, tan sonriente?". Nunca me imagine que pudiera cambiar mi vida y a la hora del te, nunca la cambie yo, fue Dios quien ha hecho cambios impresionantes, y lo mejor de todo es que al fin he entendido que es manos, fuego y alfarero, porque no se trata de las cosas buenas malas o buenas que hiciera, sino del amor incondicional con el que fui amada en la cruz, por Jesús quien es mi salvador y quien me rescato. He sido salvada de una vida vacía, llena de soledad, de tristeza, de despertarme cada mañana pensndo en que nunca debi nacer y que ahora estaba obligada a vivir, fui rescatada del desamor, del rechazo, de no saber que hacer, del no poder tan si quiera soñar, de estar anhelando morir.

Ahora y después de que alguien me dijera eso, solo pude decir gracias Dios por cambiar mi vida, por darme rumbo y por ser quien me moldea como barro en manos de un alfarero.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Alfarero

Vivir con dolor es una cosa muy fuerte. Escribo esto mientras me pasan electricidad en uno de mis pies. Aquí estoy en rehabilitación tratand...