jueves, 30 de marzo de 2017

Desprecio por los pequeños inicios

Llevo años notando como despreciamos lo pequeño, y adicional una serie de amor que me encanta me lo recuerda cada vez que la retomo y veo, la serie se llama "Love Comes Softly", pero no es de la serie que voy a hablar, sino de eso que recordé por estos días, muchos creen que soy joven, y millonaria, gracias a ellos, quizás sea más grande y luego millonaria, pero aún no, y la gente ve eso porque me conocen en una situación de vida cómoda, pero la gente no conoce la historia detrás de mi vida y mi familia, la gente conoce lo que hoy mi mamá y mi papá tienen, lo que no saben es que ellos no despreciaron los inicios pequeños, mis papás no son profesionales, y no estudiaron en un colegio reconocido ni nada por el estilo, pero saben lo que es trabajar y trabajar como se debe para cumplir sueños.

Cuento esto porque a veces la gente olvida que detrás de lo que hoy se ve, hay alguien que trabajo por eso, cuando era pequeña, mis papás recién iniciaban su camino en Bogotá, y lo maravilloso del tema es que aprendieron a hacer las cosas poco a poco y así me lo enseñaron, por eso en el colegio aprendí que no soy la más inteligente, y que no tengo muchos talentos como otros, pero no desprecie mis pequeños talentos, yo sabia que era ver a mis compañeros de salón tener ciertas comodidades con las que yo no contaba, yo sabia que el desprecio por ciertas cosas que no veían en mi también llegaba, fui despreciada en el colegio porque no contaba con la clásica belleza de la época, lo que ellos no sabían es que la belleza se va poco a poco, fui despreciada porque no sacaba en todo las mejores notas, y fui odiada cuando en el poco a poco lograba los objetivos, cuando no me fiaba de mis dones y talentos sino que me esforzaba al máximo. Desde el colegio aprendí algo que me ha servido al día de hoy, no despreciar lo que parece poco, y es así porque mientras otros gastaban los billetes que les daban sus padres, yo guardaba las monedas para ahorrar y tener algo más que la comida que se desharía ese mismo día.

Y así empece a ver que aunque yo no veo todo lo que hay hacia el futuro si tengo un talento para ver en mi y en la gente lo que puede pasar si despreciamos lo pequeño, si no valoramos los detalles, y es que creo que nos han enseñado que todo es rápido, instantáneo, pero yo vine como de otra época, soy de las que aun escribe notas y espera que esas se vuelvan amarillas, soy de las que valora más una llamada, una visita, una cena con una larga charla, a hablar por un chat, de hecho no hablo por chat, y eso me ha hecho un poco distante de la gente de mi edad, porque ellos les fascina ese tipo de relaciones, a mi me gustan a la antigua, relaciones que se hacen poco a poco, y que son basadas en más que unas letras en chat. He visto que las relaciones se rompen porque olvidan los inicios, y también he sé que es que me desprecien porque no tengo lo que ellos esperan, no ven lo pequeño primero para luego ver lo grande, y así nos pasa, si nos ofrecen un trabajo de bajo sueldo lo despreciamos, si nos ofrecen trabajar ciertas horas peleamos porque no es lo que esperamos. Nos olvidamos de ver que eso pequeño nos llevara a lo grande.

Queremos lo cómodo, lo liviano, lo fácil, y se nos olvida que lo que vale la pena cuesta, incomoda, nos fastidia, saca lo peor de nosotros para sacar el brillo que realmente tenemos, y es que estoy olvidándome de esto, que no debo despreciar lo pequeño, hace un poco más de un año mi mamá me dio una de las lecciones más valiosas que he tenido para este tiempo, y es que yo andaba que me quejaba de mi trabajo porque no me daba lo suficiente o mas bien lo que yo quería, y ella me miro con su ternura y me dijo cuando ganabas poco estabas feliz y te quejabas menos, y esto me pateo el corazón, se me estaba olvidando que estaba siendo bendecida y quería más, estaba olvidando ser agradecida, estaba olvidando mis inicios y despreciandolos, por eso hoy escribo este texto, porque sé que es que me desprecien por ver cosas en mi pequeñas cosas como belleza, talentos, dinero, y porque sé que es despreciar lo pequeño, hoy escribo este texto para que nunca más se me olvide que fui un pequeño sueño de Dios que él nunca desprecio, desde antes de nacer, que nací, que crecí pero que las cosas no se dan de un momento para otro sino valorando lo pequeño, trabajando fuerte y siendo agradecidos con lo que tenemos. Es como un buen café, que se coje en el cafetal, se muele, pone al sol, se tosta, y se prepara, con panela y canela,  ese me gusta más que el instantaneo, ese es el que quiero tomar y vivir.


viernes, 24 de marzo de 2017

Integridad

Hablar de este tema es entrar en terrenos bien peligrosos, sobre todo porque si alguien habla de integridad en esta época, no solo se le juzga, sino que se le juzga duro, como si el que juzga fuese más  que él que es juzgado y sí algo he aprendido en este tiempo es que por lo menos yo, no soy nadie para juzgar a nadie, no estoy en la vida para eso, estoy para perdonar, para levantar a otros y entender que a mi me debieron juzgar pero me dieron misericordia.

Pasando este preámbulo que solo pretende el decirles que no me considero las más integra para hablar, y mucho menos para juzgar la integridad de alguien, pero si he notado que nos falta peso en nuestro actuar y de eso vengo a hablar, he estado rodeada de historias, de noticias, de comentarios de muchas fuentes que me han llevado a pensar ¿qué es lo que estoy haciendo? ¿A donde llevo mi vida, si no hay integridad?, vuelve y juega este no es un texto para ustedes mis queridos lectores es más bien una reflexión de lo que yo espero ser, y que quizás algunos quieran seguir. 

Espero ser una mujer coherente, con lo que piensa, dice y hace, espero ser quien no juzgue a otros, que no venda sus principios por nada en este mundo, que tenga los principios bien anclados, quiero ser esa mujer que la gente vea y diga no es perfecta pero como trabaja en ser quien debe ser y hacer lo que se supone debe hacer. 

Por eso después de leer algunos conceptos de integridad no deja de asombrarme el alto nivel que nos pone, el que mas me impacto fue, pureza original y sin contacto o contaminación con un mal o un daño, me impacta por varias razones, la primera porque ahora el concepto de lo malo es bien gris, cada cual tiene su propio concepto y la relatividad de la vida genera un nuevo concepto de maldad, es por eso que este texto lo cuento desde lo que vivo y he aprendido a lo largo de mis casi 30 años, lo escribo por que al releerlo quiero que me sirva de reto, que me recuerde quien no quiero y quien sí quiero ser. 

No quiero vivir en el límite de algo que sé en lo profundo que esta mal, en eso que Dios me dice, pilas, te puedes caer, no quiero vivir en el borde, más bien lejos del límite, y así mantener una vida integra, quiero reconocer cuando fallo, levantarme, limpiarme el polvo y volverlo a intentar, corregir las faltas y restaurar a quien dañara en el proceso, porque creo que la integridad no se trata de nunca fallar, sino de metersela toda a no fallar, pero sí se embarra el camino, volver y luchar y corregir el error para continuar, no quiero pasar por encima de otros para cumplir mis sueños, más bien quiero que parte de mis sueños sea él que otros alcancen sus sueños, quiero mostrarles a otros que el amor, no juzga, ora, perdona, sonríe, no busca lo suyo, quiero poder mostrar ese amor con el que he sido amada por el creador, el  Dios eterno, el que es mi padre, madre, mi amigo, mi todo. Quiero dejar de estar enojada porque otros no cumplen mis expectativas, nadie lo va hacer, por eso quiero llenar mis vacíos y mas bien dar a otros y ser sorprendida no por esperar sino porque cuando uno esta completo, lo que es añadido, te sorprende. Quiero vivir una vida que honre a Dios, porque él sabe mejor que yo el camino a seguir, me da coherencia, y sobre todo como dice Dante Gebel, "ganar mi derecho a vivir un día más" como dice Joyce Meyer,"ser la mejor yo que pueda ser".

Al final creo que la integridad se resume en morir a esa oscuridad que había en nuestro interior y dejar que la luz, si la luz de Dios nos llene cada cuarto que temíamos abrir, porque él puede sanar todo lo vivido y aún lo que hemos soñado. 

Alfarero

Vivir con dolor es una cosa muy fuerte. Escribo esto mientras me pasan electricidad en uno de mis pies. Aquí estoy en rehabilitación tratand...