sábado, 3 de septiembre de 2016

Transformación

Lo bueno de que este blog no sea tan conocido, es que puedo cumplir el objetivo por el cual lo cree y fue crear un memorial, para mí y para los hijos, nietos, bisnietos y demás que tendré, algún día. Lo malo es que no llega a tantas personas como me gustaría que en ciertos textos pasara.

Llevo un gran tiempo sin publicar, no porque no tuviera nada que decir, sino porque he aprendido que independiente de que este blog no sea tan conocido, las palabras se deben usar con sabiduría, no porque uno tenga miedo de lo que los demás digan de uno, sino porque dones como estos tienen gran responsabilidad y yo por mi parte quiero hacer la tarea bien, usar las palabras no para maltratar a nadie, ni dejar por escrito cosas que no supe explicar, generar controversia o miles de comentarios no me interesa, me interesa dejar un memorial de lo que sucede en mi vida y si con eso puedo llevar a personas a Dios, con eso estoy más que satisfecha. 

Es por eso que he regresado, podría hablar del amort, y del desamort, quería hablar de que el amort es una decisión, pero después me dije que no. Y vengo a hablar de cuán asombrada estoy de cuanto Dios me ha cambiado y ha cambiado la vida de muchas personas que he podido conocer. 

El jueves de esta semana llore como niña, al ver como Dios trasforma gente, y hoy estoy viendo cosas tan asombrosas que también rompí en llanto. La gente y me refiero a las redes sociales se la pasan en discusiones tontas, de que hicieron de que no hicieron, que publicaron que no publicaron, me gusta leer comentarios y reírme, no porque pretenda tener la razón en los temas, sino porque la gente encontró el lugar para criticar, y pelear por tonterías. El hecho es que la gente se la pasa peleando y yo hoy solo quiero decir que independiente de lo que la gente piense, diga o sienta, Dios cambia vidas, y eso es asombroso. 

Hay personas que no quieren estar con Dios, y cuando sé eso me da dolor, no porque pretenda imponerles lo que creo, sino que cuando veo vidas cambiadas por Dios me encantaría que otros pudieran vivir eso. 

Mi vida cambió desde que conocí a Dios, vivía confundía, llena de dolor, de faltantes, me vestía detrás de una ropa grande tratando de ocultarme, supongo que aún de mí misma. La verdad es que no tenía sentido mi vida, lloraba queriendo morirme, salía a caminar en las noches esperando un milagro o quizás buscando tentar a la muerte, a nadie le contaba como me sentía realmente, pero sí sabía que era caminar de gancho con el dolor profundo, la falta de sentido, ver todo lo malo en todos y en todo. Convivía con la soledad. Pero como decía, mi vida cambió, pasó de ser oscura a ser llena de color. Ahora me despierto con ganas de cantar, de trabajar, de estudiar y con esperanza del provenir.

Veo que no solo es mi vida trasformada sino la de otros, tengo el privilegio de experimentarlo, de verlo, de ver jóvenes, que estuvieron al borde de la muerte, y luego verlos felices construyendo familia. Eso no tiene precio, y quiero seguir dando mi vida para ver a otros cambiar de rumbo, entregándose su vida a Dios y dejando que él haga como sabe. Dejando que él traiga verdadera paz, sanidad, libertad, amor. 

Dios es real, más real que el aire que respiro al escribir este texto y no me cansare de decirlo, existe, me ama, me cambio, ama la gente y los transforma y también puede hacerlo con quien lea este texto. Conocer a Dios fue la mejor decisión y el mejor riesgo que me atreví a tomar y ha valido toda la pena. 

Alfarero

Vivir con dolor es una cosa muy fuerte. Escribo esto mientras me pasan electricidad en uno de mis pies. Aquí estoy en rehabilitación tratand...