Me encantan las fotos, aquellas imágenes que uno desea guardar por siempre, hace poco volví a imprimir parte de estas última temporada, se las mostré a alguien y solo me dijo que era una perdida de dinero hacer eso, y al pensarlo quizás tenga razón, ya que cuando me muera no me llevare aquel tesoro cultivado por años, sin embargo como creo en la eternidad quizás ese sea uno de mis regalos y conserve esas imágenes por siempre, he aquí un ensueño.
Independiente de lo dicho, para mi esas fotos no solo son recuerdos sino momentos plasmados, cosas que mirare con la debida saúdade con el pasar de los años, pocas personas han visto ese álbum posiblemente las que están en el mismo, debo aclarar que no soy fotógrafa, y mucho menos que se del tema, solo me gustan las fotos quizás en ese deseo por lo eterno, por lo permanente.
Hasta hoy pocos saben lo mucho que me gustan las fotos, así que fue para mi una inmensa sorpresa encontrarme una vez más con Jesús, y que él fuera no solo el fotógrafo sino que ademas estuviera en la foto. De repente uno tiene encuentros con él que te dejan pensando semanas en eso, de repente una vez más uno se deja cautivar por ese amor de esa sangre en la cruz que no es más que el regalo para una relación correcta con él.
Estaba yo allí, en un parque sola, y me dijo que tomara una foto de ese momento, cómo si alguien quisiera tomar una foto de ese momento de confusión y de tanto dolor, le hice caso y en medio de lágrimas me pidió que fuéramos en un recorrido tomando fotos de esos instantes, esta fue la primera, pero con sorpresa él la tomo en sus manos, y la paso por su corazón, sí, aquel de carne que late y no el imaginario de corazón, lo vi con aurículas y ventrículos, tomo esa foto la paso por su corazón y como si él fuera una cámara de esas instantáneas que aun hay en la plaza de Bolívar saco un nuevo revelado, en esa foto estábamos él y yo, en una playa construyendo un castillo, ese momento de oscuridad se transformo en tranquilidad, en estabilidad y en un aroma de ese de la buena compañía.
Luego en nuestro arriesgado recorrido para mi, pero para él bajo control, pasamos por una habitación oscura aquella donde en mis épocas de infancia hacia tareas del colegio, donde inventaba una realidad paralela para salir de soledad en la que me sentía, tomamos la foto y una vez más la paso por su corazón, la foto que salio es que esa habitación se trasformo en una pista de baile, y allí, Jesús y yo estábamos bailando.
Enseguida y sin dar marcha atrás, llegamos a uno de los días mas difíciles de mi vida un día lleno de lluvia, en el cual vi a papá y a mamaá pelearse desde lejos, ellos sentados en un furgón, nunca supe lo que se hablo allí, solo recuerdo que papá y mamá nunca fueron papá y mamá, papa se iba de casa continuamente, hasta que un día no decidió no regresar y por lo que sabíamos de llamadas que nos trataban mal él estaba con muchas más, volver a ese episodio, no es fácil, no es una cosa que se supera y ya, el plan de la familia no fue ese, y sin embargo aunque pasan los años eso hace parte de tu vida, así que Jesús llegara a ese instante, que hasta ahora ni yo lo recordaba bien, hace la diferencia, marca el destino, te enfoca, tomamos la foto y al instante estábamos con Jesús en un río, montando en una lancha y la foto tomada fue esa, y sus palabras que decían que lo que para mi fue una noche lluviosa y llena de tormenta él la convirtió en un motivo para disfrutar la vida un paisaje nuevo.
Hasta este momento algunos sonreirían porque saben que es vivir esas cosas, saber que es mas real que el aire que se respira, que lo que vemos, tocamos o sentimos, para otros puede ser locura, y como no, por ello seguí mi recorrido y pasamos por una tarde donde yo cantaba una canción que decía que quería tomarme un veneno para matarme, recuerdo como la cantaba y la soledad y tristeza en ella, y una vez más Jesús al pasar ese momento, esa foto por su corazón me mostró como me cubría con un manto y al verlo sus palabras fueron que aún en medio de eso él estuvo ahí y me guardo.
Yo a ese punto ya estaba asombrada, pero faltaba algo más, la primera vez que le abrí el corazón a una amiga, pues eso no termino bien, fui lastimada y debo reconocer que mis relaciones antes no fueron las mejores, sin embrago Jesús me mostró que el diseño ese tema y por lo tanto es el mejor maestro para ello, ahí estaba yo, llorando por esos sentimientos y Jesús me llevo corriendo a un bosque donde me tenia un picnic, y cuando estábamos allí, me dijo que solo se hace un picnic con quien se desea compartir y él desea eso conmigo.
Cada recuerdo fue cambiado, cada foto fue tomada, cómo no he de sorprenderme y escribirlo, si al iniciar este texto llego un correo a mi mail con asusto: Hoy Jesús quiere regalarte una foto del cielo Y llega esto:
Cada día él me demuestra su amor. Y no quiero olvidarlo. La fotos bajadas del cielo son las mejores que he visto, y espero seguir haciendo un gran álbum con ellas.
DIOS SOBRENATURAL
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