Alguna vez mi hermano me hablo de un amigo con el que él vivía quien tenia una novia, y a causa de que estaban en casa cuando su amigo y su novia charlaban era inevitable que mi hermano escuchara algunas de sus conversaciones, una que le llamaba la atención era que al charlar ellos, se despidieran con ciertas palabras que llevaban a una gran discusión. Ella a quien llamare Rut porque no se me ocurre otro nombre ni otra forma de contar la historia, y él amigo de mi hermano a quien llamare Carlos. Rut solía despedirse con un "te amo". Carlos simplemente se despedida, no había una respuesta de "te amo" o por o menos un "yo también". Era eso lo que desencadenaba un gran problema. -¿Pero por qué no me dices que me amas?- Solía decir Rut. -No es que no te ame, es que si lo repito todo el tiempo pierde en sentido- Respondía Carlos.
Alguna vez Carlos le contó a mi hermano que si le decía tanto te amo, como un robot, la palabra perdería sentido, le dijo que repitiera muchas veces cuchara y que vería como perdería el sentido la palabra, sigo sin entender muy bien esa comparación, pero últimamente no dejo de pensar en todo eso que ha perdido sentido.
Encontrarse con alguien y saludar, al mismo tiempo preguntar ¿Cómo estas? y que el otro responda: bien. Preguntarle a otro como está, ha perdido sentido, vivimos en un mundo que se mueve rápidamente nos despertamos temprano, vamos al colegio, universidad o trabajo, de cualquier manera se corre, no se habla con mucha gente en verdad, no hay tiempo de preguntarle al otro en verdad como está. Cuando yo lo pregunto lo hago esperando alguna respuesta menos mecánica pero como no la hay, por un instante tengo que parar y decirle a esa persona una vez más ¿Cómo estas? para encontrar una respuesta más sincera quizás. Pero el caso es que una de esas cosas que ha perdido el sentido es saber como está el otro.
Otra cosa que ya no se hace es saludar, mucho menos por redes sociales o chat, vivimos atados a un sistema, yo prefiero llamar las personas, escuchar como están por su tono de voz, y cuando hablo por los chat en lo posible me obligo a saludar y a despedirme de estos, aun no se como unirme a todo ese mundo, es para mi difícil me queda un sin sabor, por eso en su mayoría evito hablar por esos medios, quizás porque desde pequeña me decían mis padres -Salude mamita o es que se le comieron la lengua los ratones- y cosas por el estilo. Me enseñaron a decirle señor o señora a las personas mayores, y también responder - si, señor(a)- ya que si no lo hacia me respondían con frases como -Si, qué? Perro, gato. También me eneñaron a dar las gracias no solo a Dios sino también a las personas, esto si que ha perdido sentido, ya no sé dice mucho gracias, olvidamos el ser agradecidos con quienes nos han ayudado en nuestra formación, olvidamos ser agradecidos con nuestros padres, con la gente que nos rodea y sobre todo con Dios.
Hace poco fue el día del maestro, con tristeza vi que una profe del colegio, escribió esto: "Y en cuanto al colegio los muchachos ahora poco conocen la palabra gratitud. Pero aquí seguiré con vocación y compromiso." Me dolió mucho ver esto porque es cierto ahora pocos entienden el valor de ser agradecidos, pocos entienden el valor de la honra.
Recuerdo que tuve clases sobre que es el respeto, la gratitud, la tolerancia, respeto por las autoridades, la honra, la verdadera riqueza que no es el dinero, sino un corazón que hace lo que ha sido llamado a hacer, me enseñaron a no pasar por encima de el otro sino a servirlo, y aun sigo aprendiendo muchas cosas y reinventandome en Jesús, desafortunadamente el como ahora se definen los valores es diferente, es más grande el que más tiene, el que llega a ser más servido, el que se muestra mucho en publico, el que grita más, el que tiene dinero, el que pasa por encima de otros, el que tiene más títulos, somos definidos por lo que tenemos y no por lo que somos, que bueno que deje eso atrás y me recuerdo que nos define lo que somos, y aun continuo trabajando con cosas.
Hoy escribo este texto, no para que yo sea la medida, ni más faltaba, lo escribo porque en verdad, no quiero que se me olviden y pierdan sentido esas cosas pequeñas que hacen en verdad la diferencia en los corazones de la gente. Espero que no perdamos nuestro sabor, que de verdad seamos sal, que no perdamos lo importante que no perdamos el sentido y que en verdad seamos luz no que brille con luz propia sino con la luz de Él.
Hace poco fue el día del maestro, con tristeza vi que una profe del colegio, escribió esto: "Y en cuanto al colegio los muchachos ahora poco conocen la palabra gratitud. Pero aquí seguiré con vocación y compromiso." Me dolió mucho ver esto porque es cierto ahora pocos entienden el valor de ser agradecidos, pocos entienden el valor de la honra.
Recuerdo que tuve clases sobre que es el respeto, la gratitud, la tolerancia, respeto por las autoridades, la honra, la verdadera riqueza que no es el dinero, sino un corazón que hace lo que ha sido llamado a hacer, me enseñaron a no pasar por encima de el otro sino a servirlo, y aun sigo aprendiendo muchas cosas y reinventandome en Jesús, desafortunadamente el como ahora se definen los valores es diferente, es más grande el que más tiene, el que llega a ser más servido, el que se muestra mucho en publico, el que grita más, el que tiene dinero, el que pasa por encima de otros, el que tiene más títulos, somos definidos por lo que tenemos y no por lo que somos, que bueno que deje eso atrás y me recuerdo que nos define lo que somos, y aun continuo trabajando con cosas.
Hoy escribo este texto, no para que yo sea la medida, ni más faltaba, lo escribo porque en verdad, no quiero que se me olviden y pierdan sentido esas cosas pequeñas que hacen en verdad la diferencia en los corazones de la gente. Espero que no perdamos nuestro sabor, que de verdad seamos sal, que no perdamos lo importante que no perdamos el sentido y que en verdad seamos luz no que brille con luz propia sino con la luz de Él.