Recuerdo cuando era niña que sentía volar, de hecho me encantaba que mi madre me enviara a comprar algunas cosas a la tienda, ya que quedaba bastante retirado del lugar donde vivíamos, hacia compenecia conmigo misma, pasaba el parque lo más rápido posible y quería que me atendieran muy rápido para llegar a casa y escuchar que mi madre me dijera que había ido muy rápido, era cierto, recuerdo que calculaba el tiempo, y cada día quería hacerlo con mas velocidad.
En el colegio habían carreras de atletismo, y gane una y otra llegue en segundo puesto, porque algunos jueces de la competencia me retrasaron al decirme que la carrera había terminado. Aun conservo la medalla y el trofeo de la época. También siento esa sensación de ganar y de cansancio, pero de libertad.
La cosa es que una vez más han vuelto esos recuerdos y sensación de libertad, he descubierto que mi héroe favorito no es súper Man, la mujer maravilla, Spiderman, sino Flash. Hubo una serie en los 90's que me encantaba, supongo que es mi héroe favorito, porque sigue siendo tan humano pero con una capacidad que no deja de ser propia sino que es aumentada, un accidente en el laboratorio causa que ahora tenga una gran velocidad, y con esta puede lograr atrapar a los malos y hacer grandes trucos.
A veces me he imaginado lo rápido que llegaría al trabajo, con esa velocidad, o los trancones que evitaría, aun las carreras de atletismo que ganaría, aun como tendería de rápido la cama en las mañanas y como haría un buen desayuno, pero no es así.
Ahora salió una nueva serie que me tiene súper encarretada, The Flash, esta es con un personaje más joven que la antigua, y un poco de historia diferente. Pero me encanta.
Creo que he vuelto a reflexionar sobre lo bueno que es aprovechar el tiempo, y aun saber perder bien el tiempo, no hablo de andar acelerado sino de aprovechar las capacidades que tenemos darles enfoque y correr a esas metas, me gusta correr, tener medallas, más que por esas cosas en si, porque avanzar hacia lo que hemos sido llamados cada día hace que seamos mejores, y que reflejemos al que verdaderamente importa.
He aprendido a correr, no correr por correr, sino con el fin de siempre tener todas mis necesidades llenas, he aprendido a correr al único que puede llenarme, a veces corría a la gente, a las cosas, pero al final mi tanque quedaba vacío y con una sensación de cansancio inmensa, pero hoy y un día a la vez he decido correr a la fuente que me da vida y que hace que por cada cosa que corra, valga la pena correr, encontré el accidente de laboratorio que me llevo a tener una capacidad aumentada para hacer cosas que jamás imagine.