lunes, 13 de octubre de 2025

Entre hojas que caen y promesas que florecen

Dice la Biblia: “Tiempo y ocasión acontecen a todos.”

No había tenido la oportunidad de estar en una temporada de transición, de paso de una estación a otra. Durante este viaje he sentido a Dios hablándome acerca de una nueva temporada para mi vida, que coincide con la temporada en la que está entrando la ciudad en la que me encuentro.


 

Cuando llegué, el sol brillaba maravillosamente, y ahora han comenzado a soplar vientos un tanto fríos para mí. La experiencia ha sido extraordinaria: ver cómo las hojas, poco a poco, van cambiando de verde a tonos amarillos, luego a naranjas y finalmente a cafés.

Me gusta esta nueva temporada en la que estoy entrando, por las promesas que estoy recibiendo, porque son oraciones contestadas de años. Sin embargo, no desprecio lo vivido, porque cada temporada trae su tiempo y su ocasión.



 

Deseo tomarlo todo, caminando con Dios hacia esta nueva invitación que Él me hace: si aprendí a sonreír cuando la higuera no florecía, ahora mi alegría aumentará al ver los higos florecer y las vides dar su olor.

A puertas de cumplir años, solo puedo estar agradecida con mi amado Dios, que ha sido tan fiel y tan bueno. Estoy emocionada por lo que viene. En esta semana he experimentado un rompimiento en el área del amor, porque muchas veces intenté alcanzarlo. Aunque en mi mente me repetía que no tenía que hacerlo, en mi interior seguía luchando. Ahora lo sé: mi mente ha tenido un cambio completo.


 

Abrazo esta nueva temporada, que por fin logro vivir desde el amor y no desde el temor, el miedo o el abandono.

Quizás así fue también para Jacob: luchaba por alcanzar tantas cosas en su vida, hasta que tuvo un encuentro con su Creador. Ese encuentro no solo le cambió el nombre, sino que lo transformó completamente. Me impresiona porque, en estos días, tuve una visión que no quiero olvidar. Tal como Jacob nombró el lugar donde se encontró con Dios, también yo me encontré con Él en Bethel. Pude ver el cielo abrirse y ángeles subiendo y bajando. Supe entonces que este es un nuevo tiempo, no solo porque yo lo anhelara, sino porque Él ya lo tenía escrito en Su libro. A Él le place darnos más de Sí mismo y de Su ternura.

Estoy feliz de saber que ya no viviré desde el trauma, sino que todo será usado para bendecir a otros, para mostrarles las bondades que Él ha hecho conmigo. Si lo ha hecho conmigo, también está disponible para todo aquel que quiera recibirlo.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

El hilo invisible del amor de Dios

Tengo la fortuna de estudiar en una maravillosa escuela de lo sobrenatural. Estos días viví una semana sumergida en todo lo que se podía exp...