sábado, 2 de febrero de 2013

Historias detrás de una carta

Hace unos días acompañe a una amiga a un evento, mientras ella estaba en el, yo me dedique a tomar algunas fotos del paisaje, mientras caminada encontré una carta tirada en el suelo, como posando para mi, le tome una foto y luego de ello, no pude evitar que ese detalle me impactara, ella estaba ahí, abandonada, en una carretera. Me pregunte ¿Quién la había escrito? ¿Quién la había tirado?



Así que pensé en las veces que escribí cartas, de mi puño y letra, las veces que me escribieron cartas, hermosos detalles, aun conservo algunos, de hecho son los detalles que más me impactan desde pequeñas notas, a grandes cartas de una página, la última que recibí fue para mi cumpleaños, me gustan porque uno debe tomar un tiempo para ello, debe saber que palabras va a poner, pero sobre todo deja huella a futuro, le recuerda a uno que fue amado, que pensaban de uno y hasta revela cosas de quien te lo escribe, habla de lo importante que puede ser uno para alguien como para tomarse un tiempo en medio del afán en el que vivimos para escribir palabras. Hace mucho no regalo cartas, recuerdo que lo solía hacer en el colegio o me sorprendía una amiga al traerme sin que fuera una fecha en particular. Recuerdo que la última nota que escribí tenía una mariposa dibujada y daba agradecimiento a una amistad.

Creo que retomare esa manera de hacer las cosas cuando me enamore, y busque dejar un historial de nuestro amor, mientras tanto de vez en cuando se me sale esa costumbre y le escribiré en algún momento a amigas.

Pienso que cuando uno escribe así, se deja parte de uno en ese papel, se piensa que se quiere decir, y se buscan palabras adecuadas, creo que me gusta esto porque pienso que Dios es un Dios de cartas, por algo están ahí cada día para mí, me imagino que el mismo lo hizo de su puño y letra y que tomo en cuenta cada detalle de esas cartas, cada coma en ellas. Quizás hemos olvidado esas cosas en medio de tanta tecnología, cuando podría ser una bella herramienta para mostrarle a alguien nuestro afecto. A todos nos gusta escribir así, pero lo olvidamos, lo abandonamos, porque creemos que es algo de niños, o porque simplemente olvidamos ser esos que somos.

Cuando vi esa carta no pude evitar pensar en eso, no pude evitar pensar en que un hombre me conto que con quien andaba saliendo le escribió una carta, y el ahora no está con ella, me pregunto qué haría con esas letras, si también terminaron tiradas por ahí en cualquier carretera.

En realidad esa carta solo me llevo a pensar en que siempre me prometí no olvidar ser detallista porque eso hace parte de mi, y aunque la carta bien se notaba era típica de adolecentes por eso de “nunca cambies”. Espero escribir las palabras adecuadas en tiempos adecuados para mostrar mi afecto. Espero seguir leyendo las cartas que mi amado me dice a diario, y espero que tanta tecnología no nos lleve a olvidar que las relaciones cara a cara también se hacen por medio de esas cartas que salen de nuestro puño y letra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Alfarero

Vivir con dolor es una cosa muy fuerte. Escribo esto mientras me pasan electricidad en uno de mis pies. Aquí estoy en rehabilitación tratand...