viernes, 8 de febrero de 2013

Días en Argentina

Shevo algunos días en la Argentina. Notesé que sha comienzo a hablar como eshos, aunque eshos no escriban así. Aunque mi curiosidad si me llevo a preguntar si en las escuelas les enseñan a hablar de esa manera, si les dicen algo como, las siguientes se pronuncian así: "sh" A quien le pregunte se río y dijo: "sho creo que sí". También shevo varios día tratando de escribir este texto pero entre tanto corre, corre, lo dejo a mitades, se iba a llamar dos días, luego tres días y ahora se llama días, vamos a ver si al final no le cambio el nombre, en fin.

Argentina es besha, desde el punto en que se vea, he visto lugares hermosos, atardeceres para nunca olvidar, aun no me acostumbro a que me saluden de beso esas personas que hasta ahora me presentan, aquí el beso en la mejilla es importante, para hombres y mujeres, del mismo modo en el sentido contrario, todos tienen la facilidad de poner la mejilla y que los labios lleguen a la mejilla del otro, en Bogotá, saludamos de la mano, si hasta ahora nos lo presentan, y eso, a veces solo saludamos moviendo la mano, así somos nosotros, un poco extraños para el contacto, así que es bien difícil que de la nada te den tu beso, es extraño despedirse de igual manera de todos también con ese clásico beso, no importa que el grupo sea pequeño o grande hay que dar el beso. Leo lo que he escrito y me doy cuenta que repito mucho beso, así que les mando su beso, en la mejilla a todos y todas, como para no dejar esta costumbre Argentinesca.

Pasando a otra cosa, el viaje me dejo agotada, 2 escalas y dormidas en aeropuertos es algo que uno no le desea ni al peor enemigo, si es que el enemigo de uno ama la comodidad, así que aquí es donde entra mi consejo porque popeye el marino no soy, de que es mejor invertir unos millonsitos más si desean tener comodidad, pero si les gusta ver gente, ver extranjeros, conocer los aeropuertos, hacer cuentas que al final de cuentas no sirven de nada porque no van a comprar, pueden hacer ese viaje con escalas, como yo. Me gusto el viaje, con todo y escalas, con todo y retrasos de vuelos, porque puede ver actitudes y observar personas, que son cosas que me gustan hacer. Lo bueno de viajar solo es que muchos no lo hacen, así que mientras ellos van pendientes de sus acompañantes uno los puede observar desde lejos, tomarles fotos, o reírse de lo que hacen sin que nadie lo note.

Hay otras cosas a las que aun no me acostumbro, como llegar a casa a las 12 de la noche o una de la mañana, aquí todos se van a dormir tarde, más si es verano, existe el habito de cena, así que la cena es tarde para mi, pero temprano para ellos, siento que he comido mucho, también siento que he caminado demasiado, y no es tan cierto lo que pasa según una de las personas que conocí es que Buenos Aires es una ciudad pensada para la gente, para el peatón, es una ciudad pensada para que la gente camine, y es cierto, aquí se respeta la cebra, de hecho el semáforo se ve al otro lado de la calle, todo para darle tiempo a los conductores de frenar donde deben, el sistema de transporte esta diseñado también para ello, para que uno camine a una parada y no para que se detenga donde uno quiere. Aquí los lugares se caminan y así puede pasarse uno los días. También he notado que odio con todas mis fuerzas el olor a cigarrillo, todos fuman así que una nube me sigue por donde camino.

La gente no es que sea muy amable, curioso si se saludan de esa manera, si digo:"buenos días, tardes o noches dependiendo la hora, no obtendré respuesta" en su vocabulario no existe, existe el "Hola, y el chao" y hasta ahí, los supermercados son atendidos por chinos y ellos no atienden ni siquiera a ese típico "Hola y chao" del argentino común, ellos solo dicen el precio de lo que uno va a llevar y se acabo.

Una cosa más que me llamo la atención es que aquí no hay casas o muy pocas en verdad, solo edificios, y más edificios, todos construidos de manera que los ríos no se ven,  como una misma argentina me dijo "La ciudad le dio la espalda a sus ríos". Sus ríos están contaminados, huelen como el río Bogotá, ahí recordé mi ciudad, solo que ellos están rodeados del río de la plata.

Así van los días en Buenos Aires y tengo más cosas por escribir pero mientras solo va esto. Y esta foto de un lugar que me encanto, en Bosques de Palermo.





1 comentario:

  1. Eres lo máximo Adri, me encantó leerte. Gracias por compartirnos un pedacito de Argentina.

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