lunes, 22 de mayo de 2017

Esos clavos fueron por mi

Recientemente volví a ver heridas del pasado, recientemente vi la cabaña, película basada en uno de mis libros favoritos, recientemente pasaron muchas cosas, que he decidido compartir en este texto, porque gracias a estos episodios, he conocido a Dios en otras facetas, he aprendido a confiar en él de otras formas, unas que no creía posibles.

Para leer esta entrada usted querido lector o lectora, debe hacerme un favor y es ser honesto con usted mismo, no me lo tiene que hacer saber, pero si desea continuar leyendo esta entrada es indispensable que se sumerja en ella, preste tanta atención que todo a su lado se oscurezca y este sea una prioridad, parece loco pero si no es así, este texto no pasara por sus ojos como uno más y lo que pretendo al final de que lea este, es que usted también salga a pensar y buscar a aquel que dejo que por su piel y músculos pasaran unos clavos que lo sostendrían en un madero, todo por usted.

Sí continua leyendo por curiosidad o lo que sea, espero que este camino no le sea desagradable, pero sí decido hacerme ese favor del anterior párrafo, vayámonos pues, quiero que recuerde esos momentos que marcaron su vida y por eso usted no fue igual, hablo de esos profundos silencios donde usted pidió ayuda, en silencio, pero nadie escucho ese llamado, así me sentía, abrí heridas del pasado, porque era necesario ver hacia atrás, porque estaba lista para sanar, pero fueron heridas profundas, aquellas de rechazo de niña, de dolor, y al ver la cabaña, recordé muchas cosas que uno suele pensar acerca de Dios, como uno suele juzgarlo y aun creerse mejor que él, terminamos echando nuestro dolor en forma de responsabilidad hacia Dios y él simplemente con su mirada tierna, nos quiere sanar el corazón.

Esto fue lo que paso, recordé un episodio de mi vida en el cual creí que Dios no estuvo, el abandono de papá, y como bien saben amo a mi papá y ahora tenemos una relación que poco a poco construimos, pero ahí estaba yo juzgando a Dios, pensando que él había sido el culpable, y ahí fue donde volví a la cabaña, a la película al libro, a mi relación con Dios, a la biblia, y fui absurdamente honesta, llore, pelee, pedí perdón y deje que Dios el más grande de todos me abrazara con su amor, me di cuenta que era maravilloso poder volver a esa playa, esa cabaña, a ese madero y esos clavos, que sanan mi dolor. Me encontré una vez más de manera especial con quien me diseño y amo desde el principio, le permití hablar del tema, y él me permitió decir todo lo que sentía y pensaba, sacamos la basura juntos y deje que el una vez más me mostrara el gran misterio, y es que no hay dolor tan profundo que no pueda ser sanado por Jesús, pues él experimento en la cruz cada dolor y por eso nos puede sanar completamente, él nos dio salvación.



No les puedo explicar con palabras lo que se siente ser rechazado, ustedes lo saben, porque también les ha tocado a veces esa parte, y así me sentía, alguien no supo valorar mi valor y pensé que eso se repetiría en mi vida, pero lo que aprendí de pasar por esa situación es que Dios sigue ahí, y esta completamente comprometido conmigo, y que cuando diseño su plan para darme vida, esos clavos fueron por mi, y es por eso que soy valiosa y no pierdo ese valor, y es eso lo que viví y aun quiero seguir viviendo y es ir mas profundo, dejar que papá Dios siga limpiando cada herida, piense en sus heridas y sabrán que son muchas, que lo han llevado a estar sin propósito, sin vida, llenado vacíos en personas o cosas, pero hoy desde este tiempo vivido puedo decirle que nunca pensé estar tan liviana solo por aquel que me amo, por eso si usted se sumergió en mis lineas y entre lineas mi invitación es a que una vez más se acerque a Dios sea honesto y deje que el cambie una vida de grises a precisos colores.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Alfarero

Vivir con dolor es una cosa muy fuerte. Escribo esto mientras me pasan electricidad en uno de mis pies. Aquí estoy en rehabilitación tratand...