jueves, 5 de enero de 2017

Esperanza del mañana

Debo reconocer que existen momentos en la vida donde uno se siente fatal, lleno de miedos, angustias que muchas veces son falsas. Tenemos la tendencia a ser trágicos, pensar que el día de mañana un carro pasara por nuestro lado y moriremos. Que la vida es completamente difícil, que sí una relación está mal, puede ir peor. Que sí no nos hemos casado (mujeres, no se usted caballero que me lea) antes de los 30 o pasándolos entonces no existe alguien que nos amara. Que sí fuimos lastimados , seguiremos siendo lastimados una y otra vez. Que la gente es mala, y que no existe gente que haga las cosas por ayudar sino que la gente está buscando sacar provecho al hacer un favor. 

Y todos esos miedos realmente se sienten y se sienten poderosos dentro de nosotros, conviven a diario, nos hablan, nos susurran al oído que todo ira mal, que la vida fue (porque sí hemos tenido experiencias malas) mala y lo seguirá siendo siempre. 

Pero queridos lectores quiero contarles que yo fuí la reina del drama, sí así como lo oyen, sí hubiera un reinado a la más dramática esa hubiese sido yo. Pero no crean que no tenía razones para serlo, las tenía, para algunos válido para otros no. Sufrí de abuso cuando era pequeña, vivía en medio de la soledad de una familia donde había un padre y una madre ausentes, que se esforzaba por sacar las mejores notas pero nada quedaba en su memoria, que quería un helado pero para esto no había, mucho menos para cine, que vivió navidades llorando sola, escuchando la pólvora de fondo, porque se sentía no amada. Que creía que las oportunidades eran para esos que tenían dinero o eran muy inteligentes. Que fue rechazada porque decidió esperar hasta el matrimonio para compartir su vida, que le gritaban groserías por creer en Dios y aún le dijeron bruta, tonta, torpe, mojigata por la misma razón. Que le llamaban para decirle que era más fea que Bety, la fea y que por eso nadie se fijaría en mí. 

Esas y muchas más cosas viví como digo para muchos inválidos para hacer drama, para mí la mejor oportunidad de hacerlo, para lograr atención. 

Y como saben por textos anteriores mi vida cambió, sí, Dios le dio otro rumbo permití que él entrara a mi corazón y me llenara cada vacío, cada espacio, cada lágrima de amargura que había derramado. 

Cuando conocí a Dios, estaba tan lastimada y rota, que no sabía que todo esto no era parte de su plan para mí vida, es más culpe a Dios por ponerme en la familia que tenía, por no ser tan inteligente, por nacer en el país que nací, y por infinidad de cosas. La verdad es que estaba tan dolida que no veía que Dios quería sentarse conmigo, estar a mi lado sanarme y escribir una nueva historia para mí. 

Comprendí que aunque viví cosas dolorosas, Dios nunca quiso que pasaran, que el mal, ósea el diablo, quería que yo viviera así, llena de dolor, lastimada, quería robarme y destruirme y su plan era que aunque esas cosas que viví fueron reales yo hiciera una historia triste por el resto de mis días, quería que yo creyera que eso sería lo que viviría siempre. 

Pero cuando pude ver el amor de Dios, y su sanidad para cada espacio de mi vida, Dios cambio mi drama, que fue real, en libertad, en vida, en esperanza, independiente de lo vivido o de lo que esperará vivir, de donde nací o las leyes o decisiones de otros tomarán que me afectaran. Dios me dio luz, me dio propósito e identidad. 

Pero aún en medio de eso, hace un tiempo me di cuenta que en mi cabeza, aún habían cercas que debía romper, como el creer cosas como "te ha ido bien, pero las cosas pueden ir a mal en cualquier momento", fíjate "ya casi tienes 30 y nadie se ha casado contigo", "Por favor puedes tener trabajo, comer, pero darte un lujo, eso no es para ti", "No te haz esforzado lo suficiente para tener premios o gustos en la vida", "Dios es bueno, pero más que suficientemente bueno, tampoco"

Y sí empecé a tener temor, terror del futuro, ya el pasado no me atormentaba, pero qué del futuro. Hasta que comprendí que el mismo Dios que cuido de mi pasado, me sano, me lleno y que hoy me cuida es el mismo Dios que no me trajo al día de hoy para volver atrás, sino que me llevara a sueños nunca soñados. 

Él es mi esperanza en el ahora y en el mañana, con él todo va estar bien, es mi única seguridad y garantía, ya no me preocupo por el mañana, y esas frases de desesperanza se han ido a la basura, donde deben estar, porque mi Dios ha sido y seguirá siendo fiel. 

No sé que traerá el mañana pero sé que nunca se apagara el amor de Dios, y eso es suficiente. Y lo viví dándome un regalo costoso que nunca esperé tener en mis manos, claro que trabaje y le puse pies a la fe, pero sé que todo esto se trata de mi Padre Dios guiñándome el ojo, diciéndome esto es solo el comienzo, rompe tus cercas y te llevaré a otros lugares, promesas especiales, promesas que se cumplirán. 

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