domingo, 18 de marzo de 2012

Chorrera, no de babas, sino de agua

Todo inicio hace unos meses, queríamos hacer un día domingo diferente con mis papás y mi hermana, ella mi hermana, al final se quedo en casa, papá, mamá y yo intentamos hacer por primera vez juntos una salida ecológica, viajamos por mas o menos una hora buscando la entrada a la Chorrera, al llegar allí, estaba lloviendo y muy nublado por lo cual no pudimos ni bajarnos a caminar, ese día fue una Chorrera de babas, por no poder caminar y eso, pero fue uno de los momentos que guardo con mucha ternura pues pude compartir a solas con mis padres como hace mucho no pasaba. 

Hoy también intentábamos hacer un día diferente, así que después de salir con una Chorrera de babas por no podernos de acuerdo para irnos a Moniquirá, nos fuimos a la Chorrera, esta vez pudimos entrar. En el camino hacia el lugar, hablamos, compartimos. 

Ya cuando estábamos allí en esa salida ecológica que habíamos planeado sin fruto hace meses, se hacía realidad, caminamos, nos mojamos, nos reímos, respiramos un aire diferente al de Bogotá, el tiempo se paso ahora que lo pienso muy rápido, pero allí lo sentí lento como un sueño, un sueño al lado de papá y mamá, los consentí, caminamos, competimos en una pendiente, nos tomamos fotos, entre tantas cosas hermosas. 

Allí en esta Chorrera de agua, pude disfrutar de mis viejos y puede experimentar eso que dice Dante Gebel sobre disfrutar a tus viejos en vida y no llorar sobre un cuerpo frió más adelante, tuve el privilegio de compartir hoy con ellos, y también con mi Padre Dios porque mientras caminaba, escuchaba el canto de los pájaros, el sonido de la cascada, veía hermosos colores en las rocas, en las montañas, en las flores, y meditaba en porque era tan fácil para el salmista describir la abundancia y grandeza de nuestro Dios. Hoy disfrute de mis padres y estoy feliz por ello. Hoy vi que cada cosa que hacemos da su fruto, pues antes no tenía una relación con ellos, andaba llena de tonterías en mi cabeza, pero cuando decidí dejar que Dios limpiara mi corazón puede descubrir cuan maravilloso es honrar a nuestros padres. 

Hoy fue una Chorrera de agua, de felicidad, y animo a aquellos que llegaran a leer este texto a que compartan con sus padres a que los honren y disfruten de esos momentos que tienen con ellos, que si están disgustados, traten de dar el primer paso, que si no son los padres ejemplares que desearon tener, intenten mejorar sus relaciones, al fin de cuentas una de las mejores relaciones y que nos forman para llevar a cabo otras como hermandad, amistad, noviazgo entre tantas otras es como nos llevamos con nuestros padres. No es tarde aun para hacerlo. 

Reconozco que esto es más difícil de lo que se lee, pero hacer el intento y tener resultados vale toda la pena del mundo, y cuando más el reconciliarnos y ver a Dios como ese Padre amoroso que está dispuesto aun a llenar el faltante de papá o mamá que algunos o quizás muchos pudimos tener.


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