lunes, 30 de abril de 2012

Comilona

La primera vez que escuche esa palabra (comilona) fue en rin rin renacuajo, luego experimente que es una comilona que según la real academia española es: comida muy abundante y variada. Y díganme si no es un placer, un deleite comer y comer bien. Pues bien estábamos allí en Cancune, en un hotel con la comida pagada tipo buffet y a comer lo que quisiéramos, así que, comimos como Homero, hasta dejar que nuestros ombligos se salieran. Lo que no imaginamos es que estaríamos en una comida en un lugar elegante. 

Todo comenzó por que el Xcaret estaba repleto así que nos permitieron ir a otro hotel y estar allí por dos días, una noche, y nosotros en esa búsqueda de ver la playa y no solo los arrecifes, nos fuimos hacia allá, una muda de ropa y correr al otro hotel. Llegamos y quedamos sorprendidos, un hotel lujoso y comida por probar, cuando llegamos se nos dijo que debíamos reservar mesa para la noche, para poder cenar, así que lo hicimos, y nos observó la señorita que nos atendió, nos dijo – Bueno, deben ir bien vestidos. Nosotros nos miramos como con risa nerviosa, por eso mi hermano pregunto – ¿Que es bien vestidos? Y ella respondió – No pantaloneta, pantalones y las mujeres bien arregladas. No pudimos evitar la risa, no teníamos ropa para una cena tipo coctel ni nada por el estilo, así que a papá y a mi hermano les ofrecieron prestarles unos pantalones y nosotras a ver qué hacíamos. 

Llego la noche y fuimos a el lugar, cabe aclarar que al que fuimos era uno de los 3 restaurantes que habían en ese hotel pero era el menos elegante, y aun así, fue muy chistoso, ellos con pantalones prestados, nosotras intentarnos vernos diferentes. Para mí lo más gracioso de todo fue la camisa de mi hermano, que lo perseguirá en sus cenas elegantes, una camisa amarilla, que tenia dibujado extraterrestres, así se sentía él extraterreste, al saber que en el otro hotel si tenía una camisa, que podría no hacerle ver tan raro en medio de la cena. 

Nos sentamos y la atención de lujo, el mesero noto que era nuestra primera vez en un lugar así, así que en medio de lo posible nos iba explicando cosas, yo por mi parte recordé que mi Jefe me había dicho que era importante leer las normas de Carreño, para saber por ejemplo como comer con más de dos cubiertos, ese día me reí, porque a la verdad nunca imagine que su palabras me fueran a traer tanta risa en medio de la cena, también recordé que en un tiempo tuve una amiga que también me decía algo por el estilo, yo hacia la que no le prestaba atención a sus enseñanzas de etiqueta, lo chistoso es que allá esas clases volvieron a la memoria y fui guiando paso a paso, plato, a plato, cubierto a cubierto como haríamos para comer en un sitio así. Lo delicioso fue la comida, exquisita, de las mejores que han probado mi paladar. 

Esta historia se la debía a mi hermano, por ello la escribo, también porque después sirvió para que alguien me molestara al servirme un almuerzo al decirme – Bueno, yo no sé organizar los cubiertos pero puedes seguir. La escribo porque me recuerda que Papá ha sido bueno, fiel y que él me dijo que disfrutaría y que comería hasta saciarme, y si que ha sido así.

Por último recomendaciones para una comilona:

- Paguen primero y luego coman como Homero, o en caso tal lleven lo suficiente para que al final no estén preocupados por los precios.

- Prueben de las delicias que hay en el mundo, revuelvan sabores y colores, al final lo más malo que pueda pasar es dolor de estomago y terminar donde sabemos.

- Rían en la mesa, disfruten cada sabor, y si no están vestidos para la ocasión en otra oportunidad sabrán como estarlo.

- No permitan que un trozo de azúcar que se les cayó al piso les estorbe en la comida, nada malo va a pasar, y sino pregúntenle a Oliveira, en Rayuela.

- La mejor es dar gracias y disfrutar sabiendo que Dios también sonríe con nuestras locuras en medio de las comidas.


miércoles, 25 de abril de 2012

Eventos secretamente populares


Hace aproximadamente un año fui invitada a la presentación de un libro, esta vez no para hacer parte de la presentación como publico, sino hacer parte de ella, haciendo preguntas, y estando de nuevo como protagonista de la historia. Recuerdo esto porque estamos en la feria del libro y ella fue testigo de un evento popular en el que yo estuve secretamente, invite a unos amigos que eran cercanos, en su momento, pero no asistieron, pero en cambio me reencontré con una familia que recién iniciaba en realidad (un bebe venia en camino) fue la oportunidad perfecta para reencontrarme con ellos, y fue un momento bello (por ello tuve de nuevo la oportunidad de estar ahí). Nunca imagine esa oportunidad, de tener un libro entre tus manos antes que los demás lo tuvieran, de saber las historias antes que fueran dadas al público, nunca imagine tener un lugar allí, y no ganármelo con algún concurso (soy mala en los concursos) o a la verdad si me imagino muchas cosas, sueño con muchas cosas, pero tal vez uno no se imagina la emoción, el sentimiento, la ansiedad de que un sueño se cumpla, de que estés entre “grandes” aunque seas pequeña. 

Ese día vi otro sueño que se cumple, ese día disfrute de estar entre gente que lee mucho, pero lo que ellos no sabían es que aunque yo estaba en esa mesa charlando como los grandes #giñogiño, no soy de ellos que leen un montón y saben hasta los secretos del mundo, sino simplemente alguien que lee con el corazón, me gusta leer, meterme en las historias, imaginarlas, por eso leo cuanta cosa (es una manera de decirlo, no es tan cierto) se me ocurra leer, si desde el principio me gusta ahí me van a tener leyendo y releyendo como ñoñis cada letra.

Pero bueno esto no se trata de contar lo rico de leer, sino hablar de cosas que fueron y hoy recuerdo. Entonces allí estuve presentando un escritor famoso en la feria del libro. 

Pero también uno de eventos secretamente populares a los que he asistido fue las dos veces que fui representante en la universidad, y no ahondare en que tipo de representación, así como no diré e nombre del escritor, para que sigan así, eventos secretamente populares, solo contare que en esa representación hicimos cambios de los cuales hoy disfrutan los estudiantes y que me dio material para escribir en una revista virtual universitaria. Hoy todo esto lo pienso porque me recuerdo a mi misma:  mi misma debes recordar que por pequeño que sea un inicio como el grano de mostaza puede crecer. Y de paso cuento a quien leyera este blog que cada cosa que hacemos siempre, siempre, traerá frutos, así que mejor que dar semillas que más adelante nos den frutos que disfrutemos en el paladar, o en este caso escribiéndolo en un blog.

miércoles, 18 de abril de 2012

Des- esperar, des-preocuparse

Es curioso tener varias historias que contar de un viaje, el primer viaje en familia, papá, mamá, hermanos, solo así, así que des- preocúpense. Durante el viaje papá y mamá se enfermaron pero calma no des- esperemos, gracias a Dios no fue nada grave. Solo des-esperamos en esos momentos pero al final nos des-preocupamos. Ellos ya están bien pero haciéndose exámenes para ser cuidadosos. 

Un día soleado, un parque que recorrer, naturaleza, playa, plantas, animales terrestres y acuáticos todo un panorama por observar, un plan pago y un des- espero por salir a conocer, una des-preocupación por los precios, y una búsqueda del camino con mapa en mano y todo que recorrer. 



Llegamos al parque xcaret, hermoso, caminamos, y caminamos, pero luego des-esperábamos por que había que caminar lento, papá se sentía mal y teníamos que des-preocuparnos. Ya el se sentía bastante mal así que el calor de medio día comenzaba a hacer su efecto des- esperar por llegar al hotel, tomar alguna bebida hidratante y volver ya des-preocupados de nuevo para terminar de conocer el resto del parque. No pudimos volver así que el parque tendrá que des- esperar por volvernos a ver, tuvimos que correr mi hermano y yo (para no ir todos) al hospital con papá, nos des-preocupamos por correr, llegamos y el seguro que se pago se uso, no tuvimos que des-esperar, de una nos atendieron y al él se lo llevaron mientras mi hermano y yo en la sala de espera nos des-preocupamos, mientras transcurrían esas 3 horas más o menos que pasamos en el hospital, hablamos con mi hermano como hace mucho no lo hacíamos hasta pensamos en qué será de los años que vienen, una de las cosas que le pedí es que vuelva para mi matrimonio -que en realidad no sé cuando irá a suceder- el por su parte compartió dudas y propuestas de lo que quiere hacer en su vida profesional, en fin, allí esperamos sin desesperarnos, y nos despreocupamos, preocupándonos. No fue nada grave, a papá le dieron antibiótico, medicamentos y volvimos al hotel. 

Con mamá fue algo aun más extraño, un dolor todo el viaje en el avión, des-espere en busca de un doctor, corrí des-preocupada, porque aunque estaba preocupada, en el fondo sabia que todo iba a estar bien, ese episodio me permitió ver lo azafatos, ver una médica radióloga, y ver que en medio de des- esperar Dios siempre tiene todo bajo control. Aunque no puedo disimular que me hubiese parecido interesante bajar en Costa Rica. 

Este escrito inició en el avión a modo de no des-esperar por escribir, para no olvidar los sentimientos y las emociones que tal vez uno solo vive así en medio del avión con despreocupación y al tiempo preocupado. Porque nunca será lo mismo que tus papá se enferme en tu país donde sabes cómo moverte a un lugar no solo lejos, sino desconocido, y nunca será lo mismo que mamá se enferme en medio de un vuelo, donde esa extraña sensación de no estar en tierra juega un papel importante. Ahora retomo el texto de alguna manera con des-espero por no olvidar esos momentos, por tenerlos presentes, por contar por contar, sino por ir escribiendo no una historia sino que saber que ya estas siendo historia. Por no olvidar, por respirar momentos únicos e inolvidables que en algún momento no solo compartiras con alguno que otro lector que pueda llegar sino con personas que aun no hacen parte de tu vida pero que sabes que van a llegar, ya sabrán a que me refiero y si no tranquilos que este fue un texto escrito en medio de muchos lugares, de muchos corre y corres pero en medio de des- esperar, des-preocuparse.

domingo, 8 de abril de 2012

Sueños que se cumplen

Recuerdo la primera vez que vi un avión cerca a un aeropuerto, mi hermano y yo pedimos a papá llevarnos allá, y observar como estos despegaban, queríamos estar dentro del aeropuerto, pero él nos decía que no era posible entrar a menos que fuéremos a viajar, por esto se acerco a un lugar trasero donde pudimos ver como despegaban esos enormes medios de transporte.
El rostro de mi hermano y del mío fueron iluminados, teníamos una sonrisa que nadie, ni nada, borrarían ese extraordinario momento, dos pequeños llenos de sueños, en silencio, nos mirábamos y al conversar teníamos lo mismo en el interior: algún día viajar y conocer parte de ese mundo que en el colegio nos enseñaban en mapas. Luego de varios años, acompañamos a una tía a despedirla en el aeropuerto y ese día nuevamente nos miramos con ilusión, como si los dos superamos que un día visitaríamos lugares, que hasta tal vez, no habíamos ni soñado.
Mi hermano fue el primero en volar, Dios le concedió estudiar fuera del país, esa primera vez que se fue sentí como si un trozo de mi, se fuera con él y que ya no habría remiendo, ni remedio alguno que pudiera volver a unir ese trozo que se fue, allí en ese aeropuerto yo vi como Dios había empezado a conceder esos sueños que desde niños habíamos planeado, que habíamos sentido dentro del interior de nuestros corazones.
Antes de salir del país yo deseaba conocer más de Colombia, y ha sido así, conocí parte de Boyaca, he ido a Silvania, Melgar, Girardot, Medellín, Cartagena, Santa Marta, Barranquilla, Cobeñas, Pasto, y hasta la frontera con Ecuador por tierra, y luego llego el momento de ir en avión la primera vez fue a Medellín, pero luego Dios nos permitió ir a San Andrés, un lugar que me encanto y al cual regresaría (estas son otras historias). Ahora Dios me ha concedido salir del país y fue a un lugar maravilloso el cual curiosamente muchos latinoamericanos no visitan, he ido a Playa del Carmen en México, es decir por Cancún y conocí una de las maravillas del mundo y he disfrutado de miles de cosas.

Lo que me sorprende de todo esto es la fidelidad de Dios, el como él en serio cumple lo que promete, da al que pide, de diferentes maneras, él responde al que llama y da mayor gozo a quien lo desea, el como él da semilla al que siembra y pan al que come, ha sido extraordinario ver como esos sueños de niña, que pensaba que tal vez no se llevarían a cabo, Dios mismo los ha cumplido, ese es mi Dios un Dios de detalles de sueños, un Dios que es el Señor de mi vida y que me da mas allá de lo que puedo o pueda llegar a imaginar. Él cambio mi vida y da sueños cada día. 

Alfarero

Vivir con dolor es una cosa muy fuerte. Escribo esto mientras me pasan electricidad en uno de mis pies. Aquí estoy en rehabilitación tratand...