Esta entrada hará parte de esas maneras en las que Dios se muestra, de las maneras en que uno le puede conocer, ya había hablado de conocerle como sanador en “En el cielo no hay hospital”, también de su fidelidad en “fiel”, ahora hablare un poco de protección. Estas no han nacido en un intento de contarlo, sino que con el paso de los días unas ideas vienen y empiezo a escribir.
Creo que casi nunca recuerdo las primeras veces, a menos que me esfuerce en ello, siempre recuerdo cosas que de alguna manera me impresionaron o dejaron algún tipo de huella, algo que me hace asociar otros recuerdos, otros momentos, este caso no es la excepción, no recuerdo la primera vez que alguien intento robarme o lo logró, por eso el nombre de este texto, por esas personas que se creen Rambo en las calles, pero que en realidad lo que hacen son bobadas, bobadas que quitan no solo a veces cosas, sino que quitan vidas, sí, los robos, estos son horribles, una de las cosas que me sacan mucho de casillas.
Hace un tiempo estaba con una amiga en el barrio en el cual ella vivía, fui a acompañarla a su casa y de repente notamos que alguien nos seguía, eran 3 hombres, según, si mal no recuerdo, contó ella (ya ella los había visto en su barrio y eran conocidos por eso) sintió miedo y me lo expreso así, pues tenía en su maleta su portátil que le significaba el único bien que más quería en su momento ya que era el medio de trabajo de ella, yo muy tranquila respondí: No tengas miedo, Dios nos guarda y enviara ángeles a protegernos, ella no creía en ese momento en Dios, entramos a una cafetería y fue un momento especial, me contó que antes ella sentía seguridad y que desde hace un tiempo sentía que eso se había ido, lagrimas salieron de sus ojos y rodaron por sus mejillas, yo atenta la observaba, mientras miraba de alguna manera que pasaba con esos hombres de afuera, que esperaban su oportunidad para robarnos, después de escucharla le dije: Dios siempre nos guarda aun cuando nosotros no estemos creyendo en el o aun cuando sintamos que él se ha ido, el siempre está ahí esperando que volvamos a él. Sé que esas no fueron mis palabras literales pero sucedió así, no nos robaron y Dios nos guardo ese día.
Ese recuerdo volvió a mi memoria con esa sensación, de cómo he conocido a Dios como protector, pues el pasado domingo 26 de marzo, iba caminando y hablaba por celular con esa misma amiga, y un muchacho se me acerco a robarme, me mostró un cuchillo y tuvo serias intensiones de usarlo, yo no le entregue el celular, y al final el se fue riendo como si algo le hubiese causado algún tipo de risa nerviosa. El martes siguiente lleve una correspondencia al centro, a plena luz de medio día, se me acerco un hombre con un vidrio y me lo mostró pidiéndome un billete, me paso un corrientaso por mi cuerpo, pensé en Dios, y por alguna extraña razón me reí, le dije que no y se fue con la mirada abajo.
Tengo otros recuerdos en mi memoria, un día manejando intentaron romper el vidrio de Alambris, me dio un buen susto pero nada paso, el vidrio no se rompió.Otra vez estaba en un parque y intentaron dos hombres robarme el celular. Uno de ellos me dijo: el celular o la vida, a lo cual respondí: No le temo a la muerte, ya sé a dónde voy. Después reía a solas, no podía creer mi respuesta, ese hombre se fue también, una vez más, así como el que no entiende como no pudo robar.
Probablemente podría quedarme aquí toda la noche pensando en todos esos intentos de robo fallidos, pero como la intensión no es recordar por recordar, sino que este blog sea testigo de otra de las formas en las que he conocido a Dios, y de otras reflexiones, esta vez le he conocido como mi protector. No puedo dejar de ver tantas cosas que me han pasado y las formas en las que Dios me ha guardado. Esta entrada me recordara que él ha sido bueno, aun en esas cosas y que existe una gran diferencia entre visitar y vivir en él. Dios siempre me ha guardado y estoy segura que el siempre está ahí.
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