Todo comenzó cuando hace unos meses, una compañera de la universidad y yo nos reencontramos sin proponérnoslo, en el mismo lugar para entrar a una reunión, ella, me contó parte de su historia de vida y que la había llevado hasta ese lugar donde nos reencontramos, me contó su frustración de no haber entrado a algo que anhelaba, en realidad era la primera vez que hablamos así, como lo hacen viejos amigos, aunque en la universidad compartimos el gusto por representar a otros estudiantes o como el gusto por el reggae, y aun el tener en esa época dreadlocks, lo que ella y yo nunca nos imaginamos en esa conversación es que meses después ella entraría en una relación marcada por el cielo, cuando vi esas primeras fotos con su amort, no pude evitar sonreír, y saber que esa historia había sido planeada desde el más allá, y menos de acá. Posteriormente vi una amiga más también con su amort, esa historia la conocí desde hace tiempo, cuando todo era un misterio cuando no se sabía si esa historia llegaría a cuajar pero así fue.
Después de esto me senté a charlar con alguien que admiro y le pregunte varias cosas, sobre el tema que para unos es afán, para otros propósito, y para otros múltiples versiones, yo solo quería salir de las dudas y de alguna manera reafirmar eso que he pensado desde muy pequeña y es que el amort, y la persona con la cual uno se va a casar si bien es una elección que uno hace también es un diseño por el que se decide caminar, algunos hablan de que no existe una persona especifica o que esas grandes aventuras solo le suceden a las grandes ligas, yo sigo creyendo que no se trata de grandes ligas o no, sino de escuchar la nota musical del gran maestro, dejarse pintar por ese gran creador, en esta área. Si uno se casa bien porque no habría de soñarse aun mas sin limite.
En fin, el hecho es que esta persona me contaba como Dios le hablo específicamente a él y a ella, los ruidos que tuvieron y la flor amarilla que finalmente los unió. Las palabras en la Biblia, y todo eso.
Luego me senté con una amiga que quiero profundamente y admiro por su valentía y por ser una vieja que guerrea, que es princesa pero no de porcelana sino una princesa guerrera, una que camina con obediencia pero con inteligencia. Esta vieja me cuenta como Dios le hablo en una carrera meses atrás de estar con quien está, me sorprende porque tanto a ella como a mi no nos gustan los clichés, las rosas y los chocolates, no porque no nos gusten las flores, nos gustan, y sí porque el chocolate a mi me empalaga, aunque como de vez en cuando. sino porque tenemos otros gustos que solo Dios sabría contar.
Escribo sobre esto porque creo que cuando pasan estas cosas, no son para suspirar sino para darse cuenta que hay un terreno que ganar como mujer, primero eso, donde Dios es quien suple las necesidades, donde un hombre no es el estilo Disney, que no huele mal, que siempre tiene el cabello arreglado, sino uno que fue diseñado distinto a una para que ambos sean complemento y no para que completen, estas historias me llevan a pensar que Dios es tan creativo que tiene un humor negro en el amort, y que se ríe en el cielo al ver que su diseño es mayor que el que alguna vez uno de los enamorados pudieron soñar.
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