jueves, 29 de septiembre de 2011

Parecemos del mismo corte pero ¿habremos sido cortados con la misma tijera?

Escrito hace un tiempo, no mucho...



Este tema del amor es tan extraño para mí que no sé si lo que hoy siento es una reacción a causa de ver a alguien que tiene mi mismo corte pero que quién sabe si fuimos cortados con la misma tijera. Tal vez de aquí a un tiempo lo sabré, o de aquí a unos años y al retomar la lectura y re-lectura de mi propio blog pueda reír a carcajadas de lo que aconteció. Tal vez yo pensaré en él en enero, con la misma fuerza que lo hago hoy, pero tal vez él no pensara en mi en octubre, él es como lo había soñado, ese hombre de ensueño, aquel a quien le digo a mi dulce Padre que si es él sería maravilloso, pero que solo espero tener los pies en la tierra para no volar y luego como decía una canción que escuchaba mi papa cuando yo era pequeña me pase y diga: "Me caí de la nube en que andaba".

No deseo eso, pero a veces mi mente vuela tanto como para pensar que un día seremos presentados, y nos conoceremos y por fin habrá acabado una espera, ya que en Dios es espera y no una búsqueda insaciable y habrá iniciado un sueño, el de los dos, pero no dejo que mi mente vuele tanto como para olvidar que mi Padre es quien tiene el camino trazado y que yo he decidido hacer mi parte en ese camino.

Creo que escribo esto ya que encontré en este blog una forma de confesión o alguna manera de plasmar lo que hoy pasa por mi cabeza y que si algún día llega a ser él, el hombre con el que he soñado, tal vez le pueda compartir que desde hace un tiempo le observaba y pedía a Dios por él, y no solo porque si él era, se diera todo, de una manera en la que mi ansiedad y yo, no fuéramos las hojas rotas de un escritor que al final no encontró una buena forma de escribir, sino que se diera de la manera en la que aún yo no lo había esperado; sino también porque no se afane, porque su mente no le juegue una mala pasada, porque tenga buenos días, porque sueñe, porque nuestro Padre le consuele en días fuertes.

Pienso en él, porque siento que es de mi mismo corte y espero que hayamos sido cortados con la misma tijera, trato de no afanarme de nuevo, de esperar sin des-esperar y me recuerdo que esperar trae más ventajas, que las desventajas que cause por afanarme.

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