lunes, 5 de abril de 2021

Hace un año

Hace un año que no escribo en el blog, es increíble como pasan los días. No es que no tenga nuevas historias que contar, más bien es que fue un año bien difícil, y como es natural en la época del filtro de Instagram, nos gusta contar más lo sabroso que lo amargoso.

Quizás es por eso por lo que no he regresado al blog, pensé que no tenía algo bueno que decir, en medio de tantas lagrimas que derrame el año pasado, ¿Qué de bueno podría compartir? Y la respuesta es que sí había algo maravillosamente mágico que compartir, solo que en su momento no lo había logrado percibir.

Fue la mano de Dios, dice una canción de Thalles Roberto, fue la mano de Dios que estuvo conmigo, su rostro, su corazón, ahora que pienso en los días vividos de un año hasta aquí, fue su presencia la que me acompaño en cada paso.

Perdí una empresa por la cual luche muchos años, perdí la sensación de estabilidad económica, volví a la casa de los papás, deje de ir a mi lugar favorito en el mundo todo porque sus puertas aun no están abiertas, deje de pararme en la esquina de aquel lugar y de contemplar las multitudes alzar manos a los cielos, o caminar con por sus calles haciendo el bullicio clásico familiar o amistoso que se podía ver y escuchar.

Deje de colarme en reuniones porque si algo note es que estaba en muchos planes porque me vinculaban al verme sin plan, pero en lo virtual no fui invitada. Me encontré con bastantes días de ausencia de personas en mi vida, porque la cuarentena así lo propicio y como soy una ñoña desde 1987, he guardado las normas así me hagan burlas todo este tiempo.

Todo esto me llevo a ver milagros, como el que conté hace un año, milagros como el recibir un helado cuando ore "Papá sé que me amas, pero me gustaría poder hoy sentir ese amor a través de un regalo" y esa misma noche recibir en mi puerta un helado con un mensaje que había sido enviado por Papá.

He visto milagros al ser contratada mes a mes y tener provisión cada día, he visto milagros al poder abrazar a algunas personas, he visto milagros al ver que aun a través de las pantallas nada detiene el amor de Dios por sus hijos, he visto gente ser saciada en este tiempo, he podido ser voz de aliento para algunos que han tenido pérdidas dolorosas, y aun ahí he visto al consolador surrurar al oído que quien está con Dios nuca está solo, he podido ser parte de un proyecto en el cual nunca pensé estar.

He podido ver desde hace un año esta verdad: “Porque desea que comprendan que él es el Señor el Dios de ustedes, y que los ha estado cuidando y alimentando” Deuteronomio 29:6b

Hace un año que no escribo porque si vaciaba mi hace un año en letras habría un panorama corto de lo que veo hoy, y es que su fiel amor dura para siempre, y que pase lo que pase, aun el que cree en él aunque este muerto vivirá, así como aunque al finalizar el año pasado e inicio de este me sentía muerta en muchas áreas de mi vida, él volvió y dio vida a mis huesos, aliento de vida, porque en él siempre todo nuevo es.

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