miércoles, 6 de agosto de 2014

Encasillados

Sí algo me molesta es que te etiqueten, que te generalicen o que te encasillen en algún tipo de palabra, es como sí uno fuera sólo una cosa, o que el determinante de tu comportamiento sólo fuera una sola situación, ese generalizar a las personas, "Todos los hombres son" "Todas las mujeres son",ese punto  de vista donde una cosa es sólo una cosa y no la suma, o el conjunto o el revuelto, de varías de ellas.

Me han tildado en muchas situaciones de muchas cosas, por ejemplo de que mi temperamento es melancólico porque me gusta ser disciplinada, tendrían que ver el desorden en mi habitación cuando llego a casa cansada, o lo que me ha costado llegar a algo de disciplina, tendrían que ver como me ha costado despertarme en las mañanas desde que recuerdo. Otras veces me han tildado de una mujer tenaz porque me gusta ir al estadio y disfrutar un partido de millonarios, por un lado creen que se mucho de fútbol y otros piensan que esta mal, yo sólo pienso que soy aficionada y que me gusta gritar de vez en cuando cuando veo jugar a Millonarios, o a Colombia, o cuando veo los olímpicos o en su mayoría cualquier deporte porque eso es lo que en verdad me gusta. Gritar, por supuesto je!

Otras veces me han dicho que sí estudie política o psicología, la sorpresa es cuando una dice que bacteriología, y otros tantos ejemplos de etiquetas. Lo malo no son las etiquetas que me ponen lo malo es cuando las quiero poner, cuando quiero generalizar u olvidar que la gente si puede cambiar, o querer generalizar las personas o aún las cosas, a veces caigo en ese error, y me acuerdo que a veces lo que uno más uno odia quiere ser parte de uno.

Lo encantador es darse cuenta que cuando esas cosas van a pasar, es decir que empieza uno a mirar a las personas con cara de hum tu eres tal o tal cosa, llegan cosas que te vuelven a hacer caer en cuenta que lo verdaderamente maravilloso es que no existe una huella igual en el mundo y que sí bien existen referentes, o diferentes formas de definir a las personas, lo maravilloso es que somos tan infinitamente diferentes al otro que se puede construir desde esa diferencia donde se ve al otro no con el filtro del ojo propio sino a través de la verdad del diseño de cada persona.

El hecho es que este texto es para no olvidar que las etiquetas sean buenas la malas no las debo poner, ni debo dejar que estas me desinflen o me inflen sino que debo ir cada día a ser redefinida y redefinir a otros con el concepto del diseñador de este gran cuadro, Dios.






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