miércoles, 20 de diciembre de 2017

Casi que me pierdo

Por distintos motivos soy arriesgada, la forma en la que viví la niñez ya que mis padres no estaban en casa, debía aprender a hacer ciertas cosas sola, desde muy pequeña aprendí a subirme en un bus, o colectivo, o simplemente caminar desde la casa al colegio y viceversa, así que salir a la calle no me daba miedo, y con el paso de los años vi el riesgo como una manera también de alcanzar los sueños. Pero soy también arriesgada por mi forma de ser, me gusta conocer, no me gusta quedarme quieta mucho tiempo, pero siempre racionalizo las cosas, logro ver el costo que puede tener algo y ahí tomo la decisión de arriesgarme. 



Por eso decidí conocer a alguien que no me correspondió y termine un poco en el lado oscuro, olvide lo que había pensado al principio pero casi que me pierdo porque al arriesgar se me olvidó que el riesgo no implica ganar sino que se puede hacerlo y también se puede perder. Es decir no es una victoria asegurada.

Y perdí, y eso hizo que el fracaso inundara mi corazón, que opacara , quien soy y en quien he llegado a ser hasta el día de hoy.
Casi que me pierdo no porque arriesgará sino porque en el proceso se me estaba olvidado como al pueblo de Israel, quien había estado ahí desde mi inicio, se me estaba olvidando las muchas cosas que he recibido, la preciosa gente que Dios me ha dejado conocer y con quien he podido compartir, casi que me pierdo porque esto me había hecho pensar como en antiguas experiencias de mi vida que no tenía valor, cuando el valor que cada persona tiene no tiene que ver con la aprobación que nos den en las relaciones, en la sociedad, sino tiene que ver con quien somos, como fuimos diseñados y como hemos sido amados por Dios. 

Casi que me pierdo dice una canción de reggae que me gusta mucho y me hizo pensar en eso en todo lo bueno que Dios ha hecho por mi, en que no tengo porque estar sin sentido en la vida o infeliz porque tome un riesgo y perdí sino que es una excelente oportunidad para seguir sacando lo mejor de mi, trabajando en mis errores y sobre todo volver a ver qué Dios siempre tiene nuevas y mejores oportunidades para mi vida, así que si mi querido lector o lectora si usted también perdió este año es una nueva oportunidad para acercase al padre bueno Dios y dejar que él le lleve a una mejor versión de usted. Así como hoy se que él lo está haciendo conmigo.


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