martes, 11 de julio de 2017

Días sin sentido (?)

Me despierto muchas veces sabiendo que hacer, y para dónde voy, otros me levanto y estoy en modo automático, preparo algo de comer, salgo corriendo a mi lugar de trabajo, saludo -buenos días- y me responden de igual manera, organizó los domicilios que hay que hacer y salgo al campo de batalla de manejar en esta loca ciudad, algunos días peleo sola, mientras muevo la cabeza de lado a lado porque algún conductor se me atravesó de mala manera, me salvó a diario de estrellarme.

Me quedo mirando a la gente en silencio desde la camioneta, mientras el semáforo me da vía libre de cruzar, veo estrelladas y motociclistas perder su vida, a veces hablo, me río y parece que lo hiciera sola, pero no me adelanto a eso, al tuétano de este texto.

Dos semanas atrás, veo una señora que presta servicios generales en una casa, la casa inmensa, una de ellas yo llevo ropa, unos trajes, supongo que para alguien que vive a diario en una oficina, pero esa señora me llama la atención, en su mirada, que es triste, me pregunta cuál es la salida más cercana a la avenida principal donde nos encontramos, le doy la indicación y ella me mira con resignación como quien está cansado de la vida y tiene que caminar unos metros más, sin pensarlo le digo rápidamente qué si desea que la acerque, me mira con alivio, se sube en la camioneta y cruzamos solo un par de palabras, yo la animó y pido que Dios la ayude en el resto del día, después me arrepiento por no hablarle de ese que me acompaña a diario en el puesto que ella acabo de ocupar, oro por ella y le digo a Dios que otro logre hacer otra cosa que yo por mi afán de hacer mi trabajo  diario no pude hacer.

Otro día estoy entregando un servicio y una señora la cual ya he visto hace tiempo me pide ayuda, para cargar cajas hasta una esquina, ella lleva mercado en esas cajas, quiero decirle que no, yo tengo otros compromisos y además mi cuerpo no me da más, pero sin pensarlo un minuto más la invito a subirse a la camioneta, empaco sus cajas en la parte de atrás y la llevó hasta su casa, quedó feliz, ella lee unos papeles que tengo en el carro que me autorecuerdan que no estoy sola, que Dios me ama y está conmigo, aprovecho esto para hablarle de Dios, y ella queda encantada no por mis palabras sino por lo que hice por ella, recién la operaron y no quería cargar con ese peso hasta su casa, al salir de allí a mi rutina, o más bien a continuar con ella tumbo una moto, no le pasó nada sin embargo el dueño me trata mal, me da algo de miedo, y algo de rabia porque hice algo bueno y luego termine siendo tratada mal, me alcanzó a imaginar que debí no ayudarle a la señora y así no terminar en un mal rato, pero luego me digo - esta es la vida que vale, la de servirle a otros- así otros estén tan interesados más en las cosas que por las personas.

Hoy fue un día intenso, madrugo a trabajar, medio saludo a mi mamá, cuando nos cruzamos, en un lugar,  por que yo estoy corriendo, hago un trámite que me roba 7 horas de mi tiempo, atrasa todo el trabajo y hace que todo se tarde, almuerzo a las 5:15 pm y en la mañana solo había tomado un tinto y una avena, me duele el cuerpo, tengo cólicos, no puedo usar un baño desde la mañana, tengo sed, pero sigo trabajando, y llegó y veo que la persona encargada de un lugar está ocupada, y decido ayudarla, aunque mis pies estén matándome, aunque mis emociones me estén diciendo que llevo días sin hablar y tomarme un café con alguien, o por lo menos tener un buen tiempo de calidad, guardo el carro y estoy tan cansada que tomó un taxi a casa, llego a casa y no tengo las llaves para entrar, me toca devolverme a pie, y ya los pies no aguantan, están maltratados porque los zapatos ya me incomodaron todo el día, pienso en la película, los niños del cielo, y recuerdo la parte final, los pies en el agua, y los pescados tocando los pies de los niños, entonces hago un pare y agradezco por mis pies y por mis zapatos, aunque este molida.

Pienso que esos días que parecen sin sentido, donde las fuerzas físicas no dan, donde no hay una charla con alguien que amas, donde todo pasa y sigue como si nada, donde llegas a casa y la casa no tiene gente, donde el silencio es abrumador, donde el ruido del tráfico y las muertes, y las peleas de la gente en la calle, y él no recibir una llamada, un saludo real, no se pueden vivir con sentido a menos que Dios este ahí, él es mi compañero, es quien da sonido a mis días, olores, me canta con los pájaros, me dice que me ama, me permite llorar en sus brazos, esta mañana fue así, mientras hablaba con él, me consintió y dijo que era su hermosa, sin eso no hubiese podido llegar al final del día, y por eso sé que esos días que parecen sin sentido, adquieren sentido en él y como lo diría esa canción de rescate, él me pasara a buscar, esta noche nos debemos una victoria más.

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