viernes, 24 de marzo de 2017

Integridad

Hablar de este tema es entrar en terrenos bien peligrosos, sobre todo porque si alguien habla de integridad en esta época, no solo se le juzga, sino que se le juzga duro, como si el que juzga fuese más  que él que es juzgado y sí algo he aprendido en este tiempo es que por lo menos yo, no soy nadie para juzgar a nadie, no estoy en la vida para eso, estoy para perdonar, para levantar a otros y entender que a mi me debieron juzgar pero me dieron misericordia.

Pasando este preámbulo que solo pretende el decirles que no me considero las más integra para hablar, y mucho menos para juzgar la integridad de alguien, pero si he notado que nos falta peso en nuestro actuar y de eso vengo a hablar, he estado rodeada de historias, de noticias, de comentarios de muchas fuentes que me han llevado a pensar ¿qué es lo que estoy haciendo? ¿A donde llevo mi vida, si no hay integridad?, vuelve y juega este no es un texto para ustedes mis queridos lectores es más bien una reflexión de lo que yo espero ser, y que quizás algunos quieran seguir. 

Espero ser una mujer coherente, con lo que piensa, dice y hace, espero ser quien no juzgue a otros, que no venda sus principios por nada en este mundo, que tenga los principios bien anclados, quiero ser esa mujer que la gente vea y diga no es perfecta pero como trabaja en ser quien debe ser y hacer lo que se supone debe hacer. 

Por eso después de leer algunos conceptos de integridad no deja de asombrarme el alto nivel que nos pone, el que mas me impacto fue, pureza original y sin contacto o contaminación con un mal o un daño, me impacta por varias razones, la primera porque ahora el concepto de lo malo es bien gris, cada cual tiene su propio concepto y la relatividad de la vida genera un nuevo concepto de maldad, es por eso que este texto lo cuento desde lo que vivo y he aprendido a lo largo de mis casi 30 años, lo escribo por que al releerlo quiero que me sirva de reto, que me recuerde quien no quiero y quien sí quiero ser. 

No quiero vivir en el límite de algo que sé en lo profundo que esta mal, en eso que Dios me dice, pilas, te puedes caer, no quiero vivir en el borde, más bien lejos del límite, y así mantener una vida integra, quiero reconocer cuando fallo, levantarme, limpiarme el polvo y volverlo a intentar, corregir las faltas y restaurar a quien dañara en el proceso, porque creo que la integridad no se trata de nunca fallar, sino de metersela toda a no fallar, pero sí se embarra el camino, volver y luchar y corregir el error para continuar, no quiero pasar por encima de otros para cumplir mis sueños, más bien quiero que parte de mis sueños sea él que otros alcancen sus sueños, quiero mostrarles a otros que el amor, no juzga, ora, perdona, sonríe, no busca lo suyo, quiero poder mostrar ese amor con el que he sido amada por el creador, el  Dios eterno, el que es mi padre, madre, mi amigo, mi todo. Quiero dejar de estar enojada porque otros no cumplen mis expectativas, nadie lo va hacer, por eso quiero llenar mis vacíos y mas bien dar a otros y ser sorprendida no por esperar sino porque cuando uno esta completo, lo que es añadido, te sorprende. Quiero vivir una vida que honre a Dios, porque él sabe mejor que yo el camino a seguir, me da coherencia, y sobre todo como dice Dante Gebel, "ganar mi derecho a vivir un día más" como dice Joyce Meyer,"ser la mejor yo que pueda ser".

Al final creo que la integridad se resume en morir a esa oscuridad que había en nuestro interior y dejar que la luz, si la luz de Dios nos llene cada cuarto que temíamos abrir, porque él puede sanar todo lo vivido y aún lo que hemos soñado. 

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