jueves, 10 de noviembre de 2016

Jesus Run, como en la vida

Para mi la vida es como una carrera, y en mi caso como Jesus Run, la última carrera que corrí este año, no daré información de donde nace la carrera ni cosas así porque seria publicidad no paga (jaja), pero supongo que pueden entrar a la pagina oficial del evento para conocer dicha información, hablare de la experiencia vivida allí en medio del trote y de todo lo que implica,  pero para entender este texto un poco más, comenzare contándoles que mi sueño era ser atleta profesional competir en juegos olímpicos y cosas así, pero estudie bacteriología y ahora tengo una lavandería. Ese es un chiste que ahora hago, yo me río de mi historia de vida y otros también ríen de ese espectáculo pero para llegar a ese punto realmente tuve que llorar mucho, ya había hablado algo del porque no corro de esa manera, no fue falta de entusiasmo o falta de dinero, o de tener el talento pero no la practica, sino falta de un ligamento que perdí en el colegio a la edad de hace arto.

Por eso digo que vida y quizás algunos se sientan identificados es como una carrera, me inscribieron, yo no quería ir, y así nacimos, nadie pidió nacer, y con esa frase me encontrado varias veces, así me paso en la carrera, no iba a ir por falta de recursos, de animo porque llevaba más de una año sin entrenar por la rodilla que me ha estado  molestando, y porque realmente quería ese festivo dormir y ver series todo el día, pero una amiga me inscribió y heme allí, corriendo, como en la vida, hoy estoy agradecida con la vida que tengo, el lugar que nací, la familia y demás pero no siempre fue así, odie vivir, como "odie" en un principio el regalo de competir en esa carrera. En ambas ahora estoy feliz, y como la carrera fue Jesús quien cambio mi vida, con su amor, así se llamaba el 1k de la carrera, Dios me cambio, me dio propósito, destino.

Correr a veces es difícil, tuve que parar dos veces porque sentía que no iba a poder, no por el estado físico sino por la rodilla que no respondía, y así es la vida a veces sentimos que no podemos, que no damos la talla, mas allá de con los otros, porque nos comparamos, y no sabemos vivir con nosotros mismos, medimos nuestros resultados sean cuales sean y pensamos que eso único que hacemos bien, no lo estamos haciendo como se debe, que fallamos y que no servimos para nada, así se siente uno corriendo y en el paso de los años, la verdad es que no es cierto, somos valiosos, tenemos dones y talentos y no nos definen los resultados sino el encontrar nuestra identidad en Dios.

En esta carrera paso de todo, casi todo el tiempo estuve detrás de un hombre que siempre me gusto, pero que ya se cuadro y ahora es feliz, y es curioso porque como en esos más o menos 3k  pensé que algún día iríamos al mismo ritmo, y ya vi que no, y eso nos pasa aveces vamos detrás de personas que creemos que están a nuestro ritmo y no, pero llegara el día o algunos ya les llego, en que no correremos solos esa carrera sino que estará ahí alguien del que no tendremos que correr detrás o adelante, sino que ajustaremos nuestros ritmos para apoyarnos e ir hombro a hombro, hacia los mismos planes, y se aplica a varias relaciones.

En estas cosas pasan de todo, sí como en la vida, uno va solo, acompañado por ratos, se toma uno selfies, pero alguien siempre esta detrás de escena, en Jesus Run, un primo que me encontré casualmente y en la vida, Dios, dibujandonos el camino y esperando que respondamos a su llamado, él es un padre tierno que se complace en ir a nuestro lado aunque la gente este pero cuando todos se han ido él permanece fiel. De hecho su promesa es que no importa lo que vivamos él va estar ahí siempre, hasta el fin.

Foto por: Jhonny Beltrán


En la carrera espere a unas personas para aplaudirles a su llegada, y fue maravilloso ver sus rostros de <alguien me espera y me hace sentir importante>, ese ha sido Dios para mi, porque él estaba ahí, al final de mi recorrido y me hace saber que él se siente muy bien conmigo y que me ama mucho.

Como en esta aventura que al principio no quería vivir, pero que me recordó cosas y me mostró otras, cada cual tiene un entrenamiento que hacer, unos dones, unas metas que cruzar, personas con las cuales estar, momentos de estar en soledad, momentos de grandeza y momentos de tristezas, alegrías y decepciones, pero desde mi punto de vista todo eso lo podremos vivir con Dios guiándonos, sí así se lo permitimos, él conoce cada detalle, cada aplauso que necesitamos, cada necesidad, cada sueño, y tendrá control sí así queremos, así me paso, al correr lo sentí corriendo junto a mi, animándome y al final poniéndome esa anhelada medalla.












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