Nos encantaría que en esta era, todo funcionara como la tecnología, que todo fuera más rápido, que nos adaptáramos fácilmente a los cambios, basta con ver que llegamos a un lugar y esperamos que nos atiendan de manera diligente o sino juzgamos que tienen un mal servicio al cliente, queremos que un café se prepare y sirva en tan solo 5 minutos, hasta existen letreros que obviamente no cumplen, que dicen que si se demora más de 10 minutos en su pedido este será gratis, falso, mero comercio.
Nos impregnaron el afán, como si cuando fuimos concebidos al siguiente día naciéramos, no, claramente no fue allí, duramos como 38 semanas ahí, en el vientre, creciendo, siendo formados, parte por parte, y eso impresiona, no fue al asar, tiene su complejo proceso, por eso supongo que el afán nace de otro lado, pero no tengo idea en este momento de donde, pero si hablo con bastante confianza sobre el afán, porque ha sido otra de las cosas con las que he vivido y he aprendido a dejar con el tiempo.
Cuando era pequeña, anhelaba tener cierta edad, para ser alguien, soñaba con tener varios negocios, y ser alguien importante, alguien que aportaba, y de alguna manera hoy lo soy, pero en medio de ese juego de niña se dibujaba ese mal habito del afán.
Me he afanado por muchas cosas, me afano tanto que llego 15 a 20 minutos antes a algún compromiso, no es puntualidad, es afán, porque ciertos momentos pasen, me la paso corriendo, buscando llegar a ciertas metas, me afano en una cita romántica, no se rían he tenido algunas, me he afanado por cruzar los procesos de muerte, de dejar, de soltar, de abandonar y sobre todo de dejar que sane alguna herida sea física o emocional.
Pero he aprendido una gran lección, y es que hay tiempo para todo, entonces ¿por qué vivir afanados? el dicho popular en donde vivo es que del afán no queda sino el cansancio, yo lo he modificado un poco y es que del afán no queda sino la lamparada, es decir las embarradas en las que uno cae, y ya no quiero vivir así, con afanes, tratando quizás de llegar a algún lugar pero que ni sabemos cual es.
Me impresionan las historia de la biblia, donde Dios le promete algo a alguien y los expertos nos explican que eso no paso como lo leemos de un capitulo a otro, sino que pasaban años, y años, y años, para el cumplimiento de la promesa, tales son las historias, que varios se afanaron y cometieron errores en el camino, me gusta porque me identifico claramente, he soñado, he visto como Dios cumple y sin embargo, varias veces he caído en errores, no he tomado atajos, que es en lo que muchos caen, pero sí se lo que es sentirse mal porque uno no supo que hacer en la sala de espera.
Es por eso que decidí hace unas temporadas, darle tiempo al tiempo, si es tiempo de llorar, disfrutar esas lagrimas, si es tiempo de reír disfrutar esas carcajadas, si es tiempo de limpiarse el polvo de las embarradas, limpiarselo y continuar con dignidad, porque la vida no se trata de el café mas rápido que te sirvan sino de vivir cada momento como se debe, cuando alguien esta en crisis, siempre se le pregunta ¿cómo esta? como si al final del primer día de la crisis tuviera que estar bien y no, lo que hay que hacer es tener claro el rumbo, pero disfrutando el momento actual, como han dicho en muchas series que veo, lo importante mas allá de la meta es el camino, eso es lo que da el sabor.
Así que en medio del afán aprendí esta gran lección, tendré tranquilidad porque he confiado mi vida a Dios, y a él ni siquiera mis errores se le han escapado de las manos, entonces disfrutare cada tiempo aprendiendo que el afán ya no es más un habito que se me ha unido sino algo que voy a evitar, porque quiero pararme en medio de un parque, mirar los arboles y el cielo y disfrutar del hecho que puedo respirar, que estoy viva, que puedo dar gracias por eso y puedo disfrutar el tiempo que este viviendo sea el que sea porque mi vida esta en control y todo saldrá bien.
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