Hay momentos en la vida que nos pasa, lo que me sucedió a mí con Alambris por estos días.
Fui a recoger a una amiga a su trabajo y tenía un mapa para llegar hasta el lugar que habíamos determinado, era la primera vez que no me iba a perder hacia mi destino, pero en un cambio del camino por tomar la izquierda y no a la derecha termine dando un montón de vueltas. Yo pensé que seria fácil regresar a ese punto crucial que hizo que llegara tarde ese día, así que solo intente buscar una ruta que me devolviera a la calle que había pasado y que debía tomar, lo primero que intente fue buscar una U, pero todas estaban prohibidas, así que seguí manejando y manejando en linea recta para intentar encontrar tan anhelada U. No la encontré, sino, hasta después de conducir como por 30 minutos, en medio de semáforos en rojo, caminos con calles llenas de huecos, zonas que estaban en construcción, y enormes trancones de hora pico. Así que después de es estar desesperada por llegar tarde, por haberme perdido, y sobre todo manejar sin encontrar el retorno a ese punto en el que me perdí, encontré esa bendita U.
Cuento esta historia ya que al encontrar esa U no solo pude llegar a mi cita, sino que también pude reflexionar en lo parecido que es eso con nuestra vida. Un día tenemos claro el camino por el cual vamos a vivir, es decir estamos llenos de sueños, de anhelos, tenemos planeado el asusto, sabemos como es la familia que queremos tener, sabemos que carrera estudiar o no queremos estudiar, sabemos cosas, las visualizamos, y sobre todo algo arde en nuestro interior, algo nos mueve. Pero luego con el paso de los días esas cosas ya no suelen ser tan claras, como que se van volviendo fantasmas, agua que se va entre los dedos, y al final nos hemos dado cuenta que el mapa se perdió, que la brújula no está y sobre todo que no sabemos regresar, que nos sentimos perdidos. Se que quien lea este escrito y vea que le ha sucedió lo mismo sabrá realmente de que hablo. Aquel día donde perdimos a alguien a quien amábamos, paso algo que nos dejo económicamente mal, alguien nos traiciono, no salieron las cosas como eran, tomamos una mala decisión, en fin cantidad de circunstancias como cantidad de gente ahi, ese día que perdimos el rumbo que marco la vida. O sencilla mente que la vida fue pasando y nunca hicimos algo, el afán nos consumió y se llevo los sueños.
Y después que pasa esto, las ganas de morir, los días y las noches sin razón del porque despertar un día más, las miles de preguntas, las acusaciones, la oscuridad en el interior. Es allí como de alguna manera ese instinto por sobrevivir viene y nos dice al oído que hay una esperanza, y sin embargo es tan fuerte para cada uno la circunstancia que ensimismarse es mas poderoso que eso. Para mi esa es la U que queremos buscar, saber en donde nos perdimos, y eso es lo que hay que tener claro, donde fue que se fracturo nuestra vida.
Escribo esto por que algún día me sentía así, y quiero aclarar que no fue que fuera quien sabe que cosa la que viví, solo que me sentí perdida, mi U fue Jesús, quien me sano el corazón y que cada día me da un nuevo color, por el que hoy digo estaba perdida pero me encontré en ti, el que me enseña que reinventar es una forma de revolucionar el interior. Mi mapa, el dulce consolador, el padre de amor. Hoy no tengo claras muchas cosas, pero he vuelto a respirar, a dibujar, a sentir que hay un futuro y una esperanza, que hay un plan y en eso estamos en caminar, en vivir, en revelar esa foto que dirá que mas hay allá, en desempolvar los sueños que parecían que ya tenían final. Siempre hay un retorno por más largo que sea el camino, y que bueno darse la oportunidad de volver a vivir.
Fui a recoger a una amiga a su trabajo y tenía un mapa para llegar hasta el lugar que habíamos determinado, era la primera vez que no me iba a perder hacia mi destino, pero en un cambio del camino por tomar la izquierda y no a la derecha termine dando un montón de vueltas. Yo pensé que seria fácil regresar a ese punto crucial que hizo que llegara tarde ese día, así que solo intente buscar una ruta que me devolviera a la calle que había pasado y que debía tomar, lo primero que intente fue buscar una U, pero todas estaban prohibidas, así que seguí manejando y manejando en linea recta para intentar encontrar tan anhelada U. No la encontré, sino, hasta después de conducir como por 30 minutos, en medio de semáforos en rojo, caminos con calles llenas de huecos, zonas que estaban en construcción, y enormes trancones de hora pico. Así que después de es estar desesperada por llegar tarde, por haberme perdido, y sobre todo manejar sin encontrar el retorno a ese punto en el que me perdí, encontré esa bendita U.
Cuento esta historia ya que al encontrar esa U no solo pude llegar a mi cita, sino que también pude reflexionar en lo parecido que es eso con nuestra vida. Un día tenemos claro el camino por el cual vamos a vivir, es decir estamos llenos de sueños, de anhelos, tenemos planeado el asusto, sabemos como es la familia que queremos tener, sabemos que carrera estudiar o no queremos estudiar, sabemos cosas, las visualizamos, y sobre todo algo arde en nuestro interior, algo nos mueve. Pero luego con el paso de los días esas cosas ya no suelen ser tan claras, como que se van volviendo fantasmas, agua que se va entre los dedos, y al final nos hemos dado cuenta que el mapa se perdió, que la brújula no está y sobre todo que no sabemos regresar, que nos sentimos perdidos. Se que quien lea este escrito y vea que le ha sucedió lo mismo sabrá realmente de que hablo. Aquel día donde perdimos a alguien a quien amábamos, paso algo que nos dejo económicamente mal, alguien nos traiciono, no salieron las cosas como eran, tomamos una mala decisión, en fin cantidad de circunstancias como cantidad de gente ahi, ese día que perdimos el rumbo que marco la vida. O sencilla mente que la vida fue pasando y nunca hicimos algo, el afán nos consumió y se llevo los sueños.
Y después que pasa esto, las ganas de morir, los días y las noches sin razón del porque despertar un día más, las miles de preguntas, las acusaciones, la oscuridad en el interior. Es allí como de alguna manera ese instinto por sobrevivir viene y nos dice al oído que hay una esperanza, y sin embargo es tan fuerte para cada uno la circunstancia que ensimismarse es mas poderoso que eso. Para mi esa es la U que queremos buscar, saber en donde nos perdimos, y eso es lo que hay que tener claro, donde fue que se fracturo nuestra vida.
Escribo esto por que algún día me sentía así, y quiero aclarar que no fue que fuera quien sabe que cosa la que viví, solo que me sentí perdida, mi U fue Jesús, quien me sano el corazón y que cada día me da un nuevo color, por el que hoy digo estaba perdida pero me encontré en ti, el que me enseña que reinventar es una forma de revolucionar el interior. Mi mapa, el dulce consolador, el padre de amor. Hoy no tengo claras muchas cosas, pero he vuelto a respirar, a dibujar, a sentir que hay un futuro y una esperanza, que hay un plan y en eso estamos en caminar, en vivir, en revelar esa foto que dirá que mas hay allá, en desempolvar los sueños que parecían que ya tenían final. Siempre hay un retorno por más largo que sea el camino, y que bueno darse la oportunidad de volver a vivir.
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