He vuelto, esta vez para contar otra historia, que no tiene que ver con mi historia, pero quizás si tenga que ver, puede ser mi historia, la de otros, la de ellos, y al final del que la quiera hacer parte de su historia. Cada vez que pienso en ella, vale la pena contarlo, para que no sea para algunos pocos sino que quien entre a este blog pueda saberla, leerla y por qué no, disfrutarla.
Se trata de un hombre que tuvo un accidente, y por ello su rodilla quedo muy lastimada, su esposa y él aman a Dios con su corazón, y comenzaron a pedir a Dios por un milagro, la cirugía implicaba un proceso lento de recuperación que traía consigo, estrés, afanes, y de alguna manera un cambio de vida familiar que duraría bastante tiempo. La cuestión es que ellos iniciaron un proceso de formación y comenzaron a apropiarse de eso que nosotros como cristianos debiéramos apropiarnos siempre "los beneficios de la cruz", pidieron a Dios que fuera el sanador y que de alguna extraña manera obrara en aquella lastimada rodilla.
Ellos muy juiciosos fueron al medico planearon toda la cirugía y todos los procesos a seguir, pero nunca dejaron de creer, me imagino sus oraciones y me imagino a mi Padre con una gran sonrisa en sus labios por lo que pronto iba a pasar, pasaron los días llenos de tramites, de situaciones de correr y correr, todo estaba listo, el dictamen medico era claro, todo decía que era necesario esa cirugía y que debían hacerlo lo antes posible. Pero algo extraordinario ocurrió después de que ellos oraron y luego de todo esto por lo que pasaron, y de que él estuviera caminando en muletas, de repente empezó a sentir mejoría, y ya no había tanto dolor.
El día de la cirugía todo estaba listo, los médicos, la sala de operaciones, la anestesia, los exámenes que decían que había en esa rodilla, todo estaba listo. Ella estaba en la sala de espera, y fue llamada por uno de los médicos luego de algún tiempo, ella se preocupo de alguna manera, se acerco y lo que le dijo el medico con un tono algo extraño fue: "¿ustedes que hicieron?" ella sin saber que responder, le dijo que de que hablaba, que no entendía la pregunta, el medico le dijo que por favor trajera todos los exámenes que le habían sido realizados a su esposo, ella lo vio de lejos con su bata de cirugía, los dos se miraron con complicidad pero en realidad sin entender muy bien lo que estaba pasando. Ella trajo los exámenes el medico al verlos no pudo evitar mostrar su asombro, dijo algo como: "no lo puedo creer".
Pasado un tiempo este hombre salio de una cirugía, lo extraordinario fue que fue una cirugía menor, y ademas fue para comprobar porque esta rodilla estaba tan bien luego de estar tan mal. El medico dijo que la rodilla estaba sana, que solo tuvieron que revisarla ya que esto era realmente un milagro, la rodilla parecía que hubiese sido puesta como nueva, es decir que todo estaba bien, que parece que nunca hubiese tenido el tipo de accidente por el cual fue a esa cirugía y que de alguna manera esa rodilla parecía nueva.
Creo en ese Dios, un Dios creativo, Dios que sorprende con detalles, Dios que sana, que ama con amor inagotable, ya lo he dicho en varias entradas como: "En el cielo no hay hospital" y esta es una nueva excusa para hablar de él, que es tan maravilloso.
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