Imagino a personas caminando por ahí, llevando cargas invisibles. Sí, aquellas que pregonan libertad pero en que realidad suelen ser esclavos de sus pasiones, de sus vicios, de aquello que creen que les da libertad pero en verdad el fruto es que están atados a esas cosas. Lo sé porque fui una de ellas, una quien decía ser libre pero intentaba llenar vacíos con planes, amigos, entre tantas cosas, decía tener libertad pero en el fondo solo había un mar de soledad que intentaba ser llenado con otras cosas que solo me llevaban a tener mas cadenas a mi alrededor. Y sin irnos tan lejos recuerdo que esperaba que Dios me sanara pero al mismo tiempo no dejar aquellas cosas que me hacían sentir segura. No hay posibilidad de ser libres si seguimos queriendo tener libertad y al mismo tiempo tener lo que nos ata.
Bastante difícil reconocerlo, pero vale la pena en realidad, alguna vez vi a Dios sacar la muerte, si a la huesuda que solía perseguirme desde que estaba en la panza de mamá, les parecerá un poco loco y hasta sacado de la imaginación, y a la verdad no importa, yo sé que fue real, ver huesos al lado mio, y ver que cada situación en mi vida había sido un poco en torno a esa huesuda que buscaba desaparecerme del mapa, hacer que nunca tuviera completa libertad. Pero recuerdo haber visto como eso salia, y ser formada, cada dedo, cada órgano siendo formado por la mano de Dios, quizás por eso ahora en este tiempo me identifico tanto con esta canción de Thalles Roberto.
Pretendemos libertad, pero nos gusta estar con eso que nos ata, y eso es bien incoherente pero tan real, tan próximo, lo he vivido y lo he visto en otros, aquella mujer que quiere dejar de depender de todos, pero que al mismo tiempo esta con un novio y otro solo por temor a la soledad, aquella persona que por mal que se sienta en un lugar prefiere mantenerse ahí porque sino quién la ayudara a llegar mas alto en su carrera o posición, aquel que busca identidad en cosas cuando las cosas no determinan el verdadero valor, imagino a todos aquellos que desean libertad pero en verdad tienen miedo de saltar y ya no vivir atados, tanta gana por ser libres pero tan poco de decisión para alcanzarla. Sé que es posible, lo he experimentando y he visto como otros son completamente libres, solo es cuestión de en verdad dejar que quien vino a traer vida y en abundancia entre y llene cuanto cuarto oscuro hay en nuestra vida.