Todos tenemos nuestra máquina del tiempo, ya sea para ir al futuro y soñar cosas, o volver al pasado y sentir que se está ahí en ese momento que ya se vivió, sé que suena redundante pero es para hacer énfasis en esas sensaciones que nos trae algo. Mi máquina del tiempo en definitiva es la música, por eso vivo autocensuradome con la misma. Porque hay lugares, o personas a las que no quiero regresar. E infortunadamente dejo de oír canciones excelentes solo porque me traen a memoria gente y lugares.
Lo difícil es ir por ahí mirando las redes sociales y la gente publicando canciones que te recuerdan gente. Lo difícil es que los vecinos pongan esas canciones que no querías volver a oír y es que el cerebro juega a veces malas pasadas, escuchas solo una parte y ya todo el día andas con la canción, el recuerdo y la sensación en la cabeza.
En estos días estuve en una boda y no sé porque pusieron la canción “Macarena” mientras todo el mundo se sentía en el colegio o la universidad yo me transporte a un cumpleaños al que me invitaron en la universidad, mientras sonaba esa canción en aquella época yo veía desde una mesa como todo el mundo bailaba y se reían pero yo estaba vacía y sola y no entendía que hacía ahí, recuerdo que me despedí de la gente y salí a buscar transporte a mi casa, y me fui pensando en porque yo no lograba estar así con una sonrisa y hacer una coreografía sencilla. Me sentí diferente, vacía, sola, y al mirar la oscuridad propia de la noche Bogotana en pleno centro de la ciudad me dije que mi lugar no estaba ahí en una fiesta, sino en otro lugar, donde me pudiera sentir amada y sin temor a la soledad.
Y así fue hoy muchos años después encontré mi lugar, ya no me llena de ansiedad el futuro o la soledad que se va adquiriendo en la medida que la gente comienza a crecer, trabajar y diseñar su propia familia, ese día cuando escuche esa canción me fui a un lado del salón en que nos encontrábamos y recordé que hace no muchos años estaba triste y vacía pero ya no. Y hasta me mire en un espejo de un baño y sonreí por recordar ese momento donde me fui sola de un lugar pero que hoy ya no iba a sentirme igual.
Esa es mi máquina del tiempo que sin intensiones o quizás sí a veces viene y me recuerda cosas, pero en definitiva este blog y las fotos que tomo son mi máquina del tiempo obligatorias para no olvidarme de donde he venido, que he construido y hacia donde voy, venia de ser nadie, de tener vacíos profundos, de abusos que ocultaban los talentos que tenía y podría explotar, he construido el ser la mejor versión de mi misma y voy hacia más cosas de las que aún he soñado. Todo porque Dios ha estado en cada espacio de mi camino, él me vio en aquel cumpleaños de universidad al que me invitaron donde sonaba esa canción y me vio en esta boda donde recordé que nunca más estoy sola sino que Dios siempre ha estado y ha llenado cada espacio y cada necesidad de mi vida. Por eso me obligo a subir de vez en cuando en esas maquinas del tiempo para no desenfocarme para mirar no con nostalgia el pasado sino con aún mayor esperanza porque sí Dios me saco de una fría y oscura noche Bogotana en la que no me sentía amada sé que podrá llevarme a lugares como a donde viaje este año y pude ver que siempre él ha estado ahí y que tiene los mejores planes para mi.
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viernes, 29 de diciembre de 2017
miércoles, 20 de diciembre de 2017
Casi que me pierdo
Por distintos motivos soy arriesgada, la forma en la que viví la niñez ya que mis padres no estaban en casa, debía aprender a hacer ciertas cosas sola, desde muy pequeña aprendí a subirme en un bus, o colectivo, o simplemente caminar desde la casa al colegio y viceversa, así que salir a la calle no me daba miedo, y con el paso de los años vi el riesgo como una manera también de alcanzar los sueños. Pero soy también arriesgada por mi forma de ser, me gusta conocer, no me gusta quedarme quieta mucho tiempo, pero siempre racionalizo las cosas, logro ver el costo que puede tener algo y ahí tomo la decisión de arriesgarme.
Por eso decidí conocer a alguien que no me correspondió y termine un poco en el lado oscuro, olvide lo que había pensado al principio pero casi que me pierdo porque al arriesgar se me olvidó que el riesgo no implica ganar sino que se puede hacerlo y también se puede perder. Es decir no es una victoria asegurada.
Por eso decidí conocer a alguien que no me correspondió y termine un poco en el lado oscuro, olvide lo que había pensado al principio pero casi que me pierdo porque al arriesgar se me olvidó que el riesgo no implica ganar sino que se puede hacerlo y también se puede perder. Es decir no es una victoria asegurada.
Y perdí, y eso hizo que el fracaso inundara mi corazón, que opacara , quien soy y en quien he llegado a ser hasta el día de hoy.
Casi que me pierdo no porque arriesgará sino porque en el proceso se me estaba olvidado como al pueblo de Israel, quien había estado ahí desde mi inicio, se me estaba olvidando las muchas cosas que he recibido, la preciosa gente que Dios me ha dejado conocer y con quien he podido compartir, casi que me pierdo porque esto me había hecho pensar como en antiguas experiencias de mi vida que no tenía valor, cuando el valor que cada persona tiene no tiene que ver con la aprobación que nos den en las relaciones, en la sociedad, sino tiene que ver con quien somos, como fuimos diseñados y como hemos sido amados por Dios.
Casi que me pierdo no porque arriesgará sino porque en el proceso se me estaba olvidado como al pueblo de Israel, quien había estado ahí desde mi inicio, se me estaba olvidando las muchas cosas que he recibido, la preciosa gente que Dios me ha dejado conocer y con quien he podido compartir, casi que me pierdo porque esto me había hecho pensar como en antiguas experiencias de mi vida que no tenía valor, cuando el valor que cada persona tiene no tiene que ver con la aprobación que nos den en las relaciones, en la sociedad, sino tiene que ver con quien somos, como fuimos diseñados y como hemos sido amados por Dios.
Casi que me pierdo dice una canción de reggae que me gusta mucho y me hizo pensar en eso en todo lo bueno que Dios ha hecho por mi, en que no tengo porque estar sin sentido en la vida o infeliz porque tome un riesgo y perdí sino que es una excelente oportunidad para seguir sacando lo mejor de mi, trabajando en mis errores y sobre todo volver a ver qué Dios siempre tiene nuevas y mejores oportunidades para mi vida, así que si mi querido lector o lectora si usted también perdió este año es una nueva oportunidad para acercase al padre bueno Dios y dejar que él le lleve a una mejor versión de usted. Así como hoy se que él lo está haciendo conmigo.