miércoles, 23 de marzo de 2016

Libertad

Mientras escribo este texto, las mujeres que hablan un idioma diferente al mío duermen, llueve afuera, en las calles de Río, y por una extraña razón aún no llega el sueño y me agarra como lo suele hacer. 
He vivido bellos días, extraordinarios debo decir, he conocido gente maravillosa nas ruas, la gente me ha hablado, ha iniciado la conversación, un hombre de edad me hablaba que él no paga transporte por su edad, estaba feliz hablando acerca de cómo alguien se había perdido, se reía con bastante gracia, una señora me contó que su hija se iba de fiesta a un lugar que yo quería conocer, me dijo que ahí era buena la rumba pero que ella ya no vive de eso que su edad es otra, otra señora amablemente me ubicó camino hacia donde yo iba y al final en sus ojos y con esa voz tierna me dijo que disfrutará mi tarde y mi viaje. Estos tres personajes quizás nunca los vuelva a ver, pero me alegraron las tardes y me ayudaron en mi búsqueda de la felicidad. 
Eran personas mayores que me dieron indicaciones pero más que eso me dieron una nueva historia y lecciones de vida, me llevaron a pensar en la etapa de la vida que me encuentro, tengo 28 años, y tengo libertad, en este momento podría estar tomando capirinha pero no lo hago no porque no pueda sino precisamente porque la libertad es esa, saber que puedo elegir y elegir bien. No es que sea mala la capirinha, sólo que las consecuencias de una noche llena de ella quizás lo sean. Cada cual decide y para mi la mejor elección es estar en donde me hospedo escribiendo un texto. Elegir bien para uno.
Llevo haciendo buenas elecciones desde que supe que la mejor era conocer a Dios de forma personal, sabiendo que no sólo es la mejor elección que he tomado sino la más inteligente, porque el haber hecho eso, me ha hecho mejor hija, amiga, trabajadora, mujer, lectora, mejor en todos los roles, más crítica, menos criticona, más agradecida y menos ingrata.
Es por eso que en este viaje no sólo he visto lo que es tener libertad sino que esos personajes me recordaron que ellos han vivido y que cada elección los hizo llegar a donde están, no se como están, pero si sé que a la edad de ellos quiero mirar al pasado y decir logramos todo lo que Dios puso en el corazón. 
Eso sumado a la cantidad de parejas que he visto en este viaje, me hizo reflexionar en dejar el pasado atrás, no lanzandole tierra sino entregandolo a Dios, pude recordar mis relaciones hablando del amort y entregarle a Dios cada cosa vívida, aún de la historia de hace unos  días que no logró ser historia. 
Cuento esto porque libertad también es entregar, es dejar ir y como siempre morir, como la semilla, libertad es dejar de cargar las maletas que un día un salvador, mi salvador entregó por mi. 
Río está bastante bien y me ha recordado que hay mucho por recorrer, disfrutando la vida y esto sólo se hará con verdadera libertad.

martes, 22 de marzo de 2016

Rompiendo esquemas

La verdad no sé si el título de esta entrada sea acertado para esta historia, pero como bien saben mis queridos lectores llevo un tiempo queriendo romper límites que me atan, que llevan a quedarme en el mismo nivel, que me dejan con mentalidad de esclavitud y mentalidad escasa. Es por eso que he venido tomando decisiones que cambien mi vida de lo bueno a lo mejor porque como bien todo un año escuche, "lo que no cambia tiene a desaparecer", entonces quiero dejar de ser un fósil, y dejar que Dios ponga carne, músculo y piel a los huesos secos de mis sueños y porque no de su propósito en mí. 

Por todo eso decidi volar, llevo con ese sueño más de los que me gustaría reconocer, pero lo había postergado, por miedos baratos, esos que uno compra en las tiendas de baratijas y a la semana se destrozan, miedos que te atan al pasado que te dicen que no vales, por ser mujer, en mi caso, o miedos que te dicen que porque pasaste cosas difíciles entonces nunca podrás soñar, que debes ser alguien "fuerte" para que te acepten y demás. Entonces, por fin despegue, literalmente tome un avión con muchas conexiones que me llevara a un lugar que siempre quise conocer, Río de Janeiro. 

Estudié el idioma hace un par de años, y en las clases decía que lo estudiaba por gusto y porque algún día iba a conocer Brasil, la gente un poco incrédula me miraba, porque todos ellos sí estudiaban el idioma con otros propósitos supongo que esos propósitos para ellos eran un poco más maduros, ir a hacer una maestría, tener un puesto mejor en el trabajo. Así que así con la incredulidad con la que me miraban, yo orgullosa, termine los estudios y empecé a planear. 

Deje el sueño tirado algún tiempo, hasta que escuché hablar a una mujer que admiro, de todo lo que ella había roto en su interior para ser quien es, en especial en el amort, ella habló de un viaje que hizo sola, y eso avivo el sueño que yo tenía, porque desde mi punto de vista una mujer antes de casarse debería viajar sola, es un punto que tengo por lo siguiente, porque debe saber en qué etapa lo hace y para que lo hace, en mi caso creo que debemos como mujeres viajar solas, para descubrirnos en Dios, y sí, así como lo leen, ya que como mujeres, tenemos miedos y dependencias emocionales Fuertes, y romper con eso desde mi punto de vista exige morir y separase por un tiempo de todo. 

Es como alejarse de todo, no es que no se pueda hacer donde uno vive y convive, solo que si sé es una mujer como yo, que vive todo el tiempo rodeada, que está llena de trabajo, que el tiempo de descanso es con amigos, que siempre le gusta estar con su familia y tiene unas horas no más en algunos meses para estar completamente a solas entonces vale la pena hacer este viaje. 

Yo me aventuré por esas razones, no porque pretenda llegar con una verdad que revolucionará el mundo, pero sí porque quiero revolucionar mi mundo, quiero valorar mucho más el diseño con el cual Dios me creo como mujer, quiero valorar mis dones y fortalezas, pero también mis debilidades y errores, porque tal cual soy Dios me ama. 

He descubierto en este tiempo que ser mujer es maravilloso, que puedo confiar en que Dios cuida de mi, siempre, a pesar de mi pasado, porque Dios no ha dejado de verme, ni cuidarme, hoy sé que me amo, y sé que ese es el principal camino para poder amar a los demás, y por qué no al esposo que pronto llegará a mi vida. 

El primer día que llegue a este viaje olvide mi maleta en uno de los buses que me dejaba cerca al lugar donde estoy hospedandome, a los dos minutos sentí que Dios me dijo como olvidaste la maleta, así que como loca mi cabeza se puso, me imagine sin ropa toda la semana, sin bloqueador, sin zapatos, en fin, hice una historia en un segundo, pero al mismo tiempo corrí, tome un taxi y hable por primera vez con alguien de aquí en portugués, ósea una conversación larga, porque le explique qué me había pasado y lo que quería que hiciera, ese señor fue un ángel, aparte de todo llevaba música cristiana en su carro que me hizo sentir aún más cómoda, era Dios diciéndome todo va estar bien. 

Así va el viaje, en otras entradas contare más historias pero este pequeño episodio habla de cómo Dios cuida aún de mis olvidos. Como bien me lo dijo esa noche y la noche anterior en el aeropuerto de conexión "No duerme el que te cuida". 

Una foto para que se antojen de visitar este gran lugar. 



Río de Janerio, 2016



lunes, 7 de marzo de 2016

Volar

Llevo varios meses con la filosofía de no vivir con miedo, por eso decidí hacer cosas que pensé que nunca lograría hacer, ser independiente pero no por prestación de servicios, sino tener lo propio, por eso renuncie a un trabajo, del que aprendí mucho y me dio la madera para lo que hoy vivo, pero que definitivamente siento que no era lo mio.



Debo confesar que mi sueño siempre fue tener algo propio, de hecho aún sueño con tener varios negocios, y tener tanto que me sobre para dar a otros, y los que me conocen saben que seria de forma extravagante, pero esa es otra historia.

Vengo a decirles que hace rato me deje caer sin redes, para volar, ya me cansa la comodidad de pensar que las cosas llegaran por que sí, he aprendido que hay que creerle a Dios, soñar, planear y cumplir esos sueños, independientemente de lo que la gente diga o piense.

Me arriesgue en el amort, le creí a Dios, soñé, planee, y fracase, pero no importa, porque no soy la misma que cuando no me arriesgaba, sigo soñando, creyendo, planeando. Y volviéndolo a intentar, hoy precisamente leí que cuando uno es niño, no deja de intentarlo porque fallo, lo intenta hasta que lo logra, si camina y se cae, llora pero vuelve a hacerlo, vuelve a intentar y por eso hoy caminamos como algo normal, así quiero vivir con la mentalidad de niña para soñar, intentarlo y volverlo a intentar, no importa cuantas lagrimas me cueste, al final valdrá la pena. 

Por eso y porque desde que en el colegio cuando era adolescente hicieron una actividad en el colegio donde tuvimos que representar a Brasil, desde ahí, ame su fútbol, su comida, sus cosas, ojo soy aficionada no conocedora, y desde ese momento nació en mi esas ganas de conocer algo de allí. 
Cuando salí de la universidad, estaba sin trabajo y siempre he querido aprender muchos idiomas, así que empece con portugués, hice los cursos en Ibraco, y soñaba en ir y hablar con gente que no conozco de cosas que no imagino, sumado a esto siempre he querido viajar sola fuera del país, rompiendo los miedos de que no podemos viajar solas, que si estamos locas y demás, y lo quería hacer antes de casarme y conocer el amort. 

Hoy eso es realidad, estoy a unos días literalmente de volar, y de conocer cosas que espero pueda dejar en este blog, una vez más para contarle a mis hijos y nietos que no tengo pero sé que tendré de lo bueno que es Dios cumpliendo sueños y aún caprichos, porque el Dios en el que creo no solo me deja soñar, me da los recursos para cumplirlos y adicional a eso, cumple sueños que nos gustan solo por eso, por gusto

Espero regresar cambiada, a ver si del domingo de ramos a el domingo de resurrección Cristo redentor me logra cambiar. Y hablando en serio, espero volver con muchas historias, nuevos sueños y dejar una que otra herida allá en la inmensidad de la arena. Que la huesuda vuelva y haga lo suyo, volver a morir para vivir. Morir para volar.